Sobre una loma a medida, como si fuese un pedestal, Somao llega a dominar el paisaje asturiano con los aires un tanto extraños de pertenecer a otro tiempo y lugar. Y fue precisamente en otro tiempo cuando muchos de sus paisanos alcanzaron su sueño de hacer fortuna en América, empleando parte de su dinero americano en levantar casas ostentosas en su pueblo natal. Aunque la arquitectura indiana está presente en toda la geografía astur, Somao, junto con localidades como Colombres, está considerado el pueblo con mayor concentración de casas de indianos de toda la comunidad autónoma. Su «Skyline» extemporáneo nos atrae desde lejos y nos incita a conocerlo.
Hasta el año 2020 este pueblo de apenas trescientos habitantes (ubicado a tan sólo 5 kilómetros de Cudillero) pasaba un tanto inadvertido, pero su elección como Pueblo Ejemplar 2020 por la Fundación Princesa de Asturias (por la defensa y conservación de su entorno natural, de su patrimonio histórico, cultural y artístico) le proporcionó una gran notoriedad y le colocó en el mapa turístico de Asturias. Ahora, el interés de su legado indiano cobra un nuevo valor bajo la mirada del gran público.
Historia de Somao: el legado de los emigrantes
El visitante se enfrenta de lleno a la belleza de sus construcciones indianas. Un estilo que no es realmente un estilo ni cabe adscribir a una tipología única. Con sus fortunas transatlánticas, los indianos no escatimaban en gastos para ver construida la casa que sólo ellos tenían en la cabeza. Hablamos por tanto de una arquitectura exótica que alude en primer lugar a la condición y gusto de sus promotores y no a una corriente determinada. Los indianos contrataban a los mejores profesionales para llevar a cabo sus proyectos; arquitectos y constructores de postín que eran capaces de extraer, de entre todas las tendencias de su tiempo, los arquetipos que el impulsor de la quinta buscaba. Así que si hay un estilo indiano éste es a la fuerza ecléctico, una mezcla de modelos ingleses, franceses, italianos y regionales, surtido también de recursos más novedosos provenientes del Modernismo y, en algunos casos, de elementos y técnicas procedentes de construcciones transoceánicas.
El dinero americano se empleó como un medio para diferenciarse del resto de la población. El alto status económico tenía que quedar muy claro en estas edificaciones. Además existía la necesidad de ubicar la casa en un terreno exclusivo, en promontorios con dominio visual sobre el entorno inmediato y, a ser posible, con vistas al mar. Y desde Somao sí es posible ver el mar, pues se trata de una aldea del concejo de Pravia colgada literalmente sobre la costa de Muros del Nalón, de la que dista apenas un kilómetro.
Pero además de sus magníficas mansiones, también gozan de inmejorables vistas otros edificios públicos promovidos por los indianos, como las Escuelas (1925), el Cine Escolar Benéfico (1920) o la iglesia (1903). Sufragaron también la traída del agua, fuentes, lavaderos, caminos y el parque de la localidad. Somao incluso estuvo a la vanguardia en infraestructuras al haber sido uno de los primeros núcleos de Asturias en disfrutar de luz eléctrica, gracias, cómo no, a sus benefactores llegados de América.
Mercáo indiano en Somao
Desde hace varios años tiene lugar a comienzos del mes de julio un atractivo mercáo indiano, con productos tradicionales, artesanos y de proximidad.
IV Mercao Indiano de Somao 2024
Además de la organización de …
Paseo indiano por Somao
Las casas de indianos destilan el espíritu romántico, idealista y generoso con el que fueron concebidas, y acercarse a ellas es siempre un goce estético. Aunque cada una es distinta y singular, todas destacan por sus jardines, por sus escalinatas de acceso, por la nobleza e innovación de sus materiales (maderas, cerámicas…), por sus torres, sus grandes galerías acristaladas, la colorida paleta de sus fachadas y la presencia de una o varias palmeras -un símbolo exótico de su fortuna al otro lado del charco.
Auténticas joyas que encontraremos en perfecto estado de conservación pero que al ser de titularidad privada sólo podremos admirar desde fuera. A la puerta de cada una de ellas se encuentra un panel en el que se detallan la fecha de construcción, el nombre de su promotor y otros datos de interés.
En Somao es posible emprender una sencilla ruta indiana y acercarse a cada una de estas casas pero también a otras construcciones más tradicionales y otros tantos lugares de interés. El recorrido se puede empezar en cualquier parte, aunque lo más habitual es dejar el coche en la zona del parque y tomar como punto de partida la propia iglesia de Santa Eulalia, muy próxima a las escuelas y al antiguo cine. La primera casa indiana que encontramos en este entorno es El Marciel, de 1910. Construida por Jesús Solís, tiene planta cuadrada e influencias francesas, está alicatada con azulejo rosa. Unos metros más allá se emplaza la Casa de la Torre o Casa Amarilla (1912), apodada como la Torre Eiffel de Somao por su altura y esbeltez. Su silueta se reconoce desde cualquier punto cercano al pueblo y es, din duda, uno de los emblemas de la cultura indiana en Asturias. Fue encargada por Fermín Martínez (vecino de Somao que emigró muy joven a la ciudad cubana de Caibarién), y llevada a efecto por Manuel del Busto (reconocido arquitecto que firma obras como el teatro Palacio Valdés, en Avilés, o el Centro Asturiano de La Habana). Está ubicada en un promontorio, lo que hace parecer que sea aún más alta de lo que es en realidad.
Caminando unos minutos por la carretera llegamos hasta El Noceo, el germen de la arquitectura indiana de Somao. José Menéndez Viña, su propietario, se marcha en pleno siglo XIX y con apenas 14 años, primero a Madrid, luego a París, y de allí a Cuba. Regresó aún joven a Asturias, con una considerable fortuna, y fue acometiendo la ampliación de la que fuera su casa natal: el Noceo, reformando la vivienda original de su familia con elementos coloniales. Ubicada también en la parte alta de Somao, aún conserva el mobiliario y muchos objetos y documentos originales de la época. Sus jardines conservan plantas y arbustos de los tiempos en los que se construyó la casa y su emblemático hórreo es uno de los mayores atractivos somadenses. A esta mansión le siguen La Cochera, antigua casa de los criados de El Noceo y reconvertida en alojamiento turístico, La Marroquina y La Casina, que llegó a acoger una escuela. Y frente a esta última nos topamos con La Casona, un impresionante palacete protegido por una sequoia gigante. Su fachada orientada al mar presenta una imponente escalinata y una gran galería sobre columnillas de hierro fundido. Fue Construida en 1900 por Gabino Álvarez, sobrino de Menéndez Viña. En su finca se encuentra también la sobresaliente Capilla-Panteón, uno de los enclaves más reconocibles del pueblo por su bello estilo modernista y su llamativa cúpula azul. Una joya de la arquitectura funeraria de principios del siglo XX. En la planta baja está la capilla y en el sótano las tumbas, donde está enterrado, entre otros, su dueño.
El elenco de casas indianas en Somao es amplio, y a las primeras que se fundaron fueron sumándose otras como La Generala, Villa Radis (casa con jardines y vistas espectaculares), la Casa de Doña Basilisa, la Casa de las Columnas, la Casa de La Peña… todas se construyeron con capital indiano y las encontraremos en nuestro recorrido.
Pero además del Somao indiano, disfrutaremos al mismo tiepo del Somao genuinamente asturiano, el de arquitectura rural, con sus hórreos, pajares y paneras, sus lavaderos o sus fuentes, algunas anteriores al legado indiano, las que llaman de «regueiro» o manantial, que aún hoy cuentan con una gran tradición de uso. Una de las más conocidas es la fuente de las Abedules, ubicada en un bello paraje que nos invita a un nuevo paseo.
Un museo en el camino
En los jardines del citado alojamiento turístico La Cochera se encuentra La Cuadrona, una de las colecciones privadas más interesantes de arte asturiano contemporáneo, expuesta en un gran espacio acogedor y diáfano.
Toto Castañón, uno de sus propietarios, fue director del Museo de Bellas Artes de Asturias. Su afán por el coleccionismo y un excelente conocimiento de la pintura asturiana han conseguido formar esta maravillosa pinacoteca. Aunque mayormente son pinturas, también es posible acercarse a otras colecciones de carteles, cerámicas, gramófonos, libros, máquinas de escribir y objetos etnográficos. En el jardín se exponen esculturas de hierro que rinden homenaje a la obra de conocidos artistas, como por ejemplo Las Meninas de Velázquez.
¿Qué ver en Somao?
Somao da mucho de sí y sus atractivos son numerosos. En primer lugar porque el pueblo es en sí mismo es una gran atalaya con vistas increíbles, tanto al mar Cantábrico como a la desembocadura del río Nalón entre las localidades de San Esteban de Pravia y San Juan de la Arena.
En los alrededores de Somao hay además dos miradores fabulosos desde los que podemos obtener una panorámica más elevada aún de toda la zona: el mirador de Monteagudo y el del alto de La Peñona (cerca de este último, y con reserva previa, podemos visitar la quesería artesanal La Peñona, especializada en la elaboración de queso afuega’l pitu). Hasta ambos miradores se puede acceder en coche (aunque los último metros del de Monteagudo, cuesta arriba, hay que hacerlos a pie) y los dos cuentan con área recreativa.
Si nos acercamos a la localidad a finales de agosto, coincidiendo con la festividad de Santa Eulalia podremos admirar también las estupendas alfombras de sal y adornos florales con los que los vecinos decoran las calles.
Visitas guiadas a Somao
Durante el verano (septiembre incluido), se realizan visitas guiadas gratuitas a este rico patrimonio indiano que comienzan a media mañana. La visita es gratuita y el punto de encuentro es el aparcamiento del parque del pueblo. Tanto para esta visita exterior, como para acceder al museo de la Cuadrona es necesaria reserva previa:
email: oficinaturismo@pravia.es
Teléfono: 985 82 12 04 (Oficina de Turismo)
El resto del año, fuera de temporada alta, se siguen realizando las visitas guiadas gratuitas al conjunto arquitectónico, también bajo reserva previa.