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Soto del Barco
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Soto del Barco es un concejo asturiano ligado al mar Cantábrico, sujeto al juego de las mareas y a los caprichos de un gran estuario norteño. El municipio, de naturaleza generosa, se integra en la comarca del Bajo Nalón, la salida natural al mar del río del río más largo y caudaloso de Asturias: el Nalón.




Latitud: 43.5306587 Longitud: -6.0727882
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La comarca a la que pertenece Soto del Barco alterna sistemas montañosos y amplias vegas que se abren al mar a través de la ría del Nalón. Un ambiente fluvial que ha sido la clave para organizar este territorio a lo largo de la historia, dotando a sus gentes de recursos económicos y marcando la pauta de la actividad diaria.

Soto del Barco, prácticamente el centro geográfico de la costa astur, comprende unos 40 kilómetros cuadrados y esta habitado por algo más de 4.000 personas que se concentran en las villas de San Juan de La Arena y la capital del municipio, de nombre homónimo. Perfectamente comunicado (A diez minutos del aeropuerto de Asturias, y a media hora de Oviedo y Gijón), atravesado por la Autovía del Cantábrico, guarda sin embargo un aire romántico, por momentos también colonial, con embarcaderos ancestrales y misteriosas fortalezas en lontananza. El concejo debe su nombre a una antigua embarcación que, a falta de puente, se utilizaba en el pasado para comunicar las dos orillas del Nalón.

Entre los dos núcleos de población más poblados, en el último meandro del río Nalón, topamos un pueblín sorprendente. Sólo un puñado de casas y unas calles adoquinadas que nos llevan a la torre y muralla defensiva (propiedad privada). Un emplazamiento que ya en tiempos remotos se empleo con fines estratégicos. Sobre un promontorio de apenas 40 metros de altitud, proporciona un dominio visual excelente sobre la desembocadura del Nalón y justifica su dilatada historia como fortificación. Conocido como el Castillo de San Martín, la actual torre se levanta sobre un antiguo castro marítimo. Las excavaciones arqueológicas han permitido datar el origen de este enclave en la Edad del Hierro. Ubicado en el territorio de los astures, más concretamente en el de los pésicos, se integró en la órbita del Imperio romano y la zona se vio beneficiada por el desarrollo de importantes vías. Por el concejo de Soto del Barco discurría, en dirección este-oeste, la ruta costera que ponía en comunicación el Golfo de Vizcaya y Galicia. Este itinerario fue utilizado en época medieval como ruta del Camino de Santiago. Hoy en día sigue siendo uno de los tramos más bellos de la ruta jacobea de la costa.

Soto del Barco Turismo

En la costa del municipio destaca la playa de Los Quebrantos y su entorno (paisaje protegido). Humedales, sistemas dunares y marismas se suceden a lo largo de esta geografía. En los meses de verano, la población de San Juan de la Arena se llena de visitantes que se acercan a disfrutar de su gastronomía.

El interior del Concejo ofrece también paisajes muy bellos y pueblos llenos de encanto (La Corrada, La Ferrería, Ranón o Riberas, son algunos de ellos), con decenas de rutas para practicar un senderismo amable: la Ruta del Agua, la Ruta de los Marineros, la Ruta de la Sierra de Pulide, la Ruta de Los Veneros o la Ruta de Santa Eulalia.

El patrimonio arquitectónico no va a la zaga: iglesias y capillas, edificios singulares (Rula y Fábrica Lis, en La Arena; la singular Iglesia de San Pedro en Soto del Barco y la iglesia de estilo neogótico de San Juan de la Arena), casas de indianos y palacios (el de los marqueses de Ferrera, en Ponte, con torre medieval del S. XVI; el que se conoce como palacio de la Magdalena en Soto, de mediados del S.XVIII; la Mansión Palaciega de la Plaza de Calvo Sotelo en San Juan de la Arena del siglo XIX; o el Palacio de Bouza, en Riberas, un claro ejemplo de casona rural asturiana).

Un denso patrimonio etnográfico salpica de hórreos y paneras centenarios cada rincón del concejo.

En Soto del Barco también hay que acercarse a sus chigres, sidrerías y restaurantes. Campo y mar, sinónimo de excelsa gastronomía: buenas carnes, excelentes pescados y verduras. Y como monarca la Angula, en cuyo honor se celebra un festival gastronómico en invierno. La angula de La Arena tiene fama de ser la mejor del cantábrico y la más abundante.

Personajes ilustres de un pasado no muy lejano ya saborearon el mar, el paisaje y sus viandas. Poetas como Rubén Darío o Ángel González, el pintor Joaquín Sorolla o el Premio Nobel de Literatura Seamus Heaney.


Texto: © Ramón Molleda para asturias.com Copyright Ramon Molleda



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