En el río Tabardín, en su cuenca alta, se juntan varios arroyos de montaña que seguirán su camino como una sóla corriente hasta desembocar en el Güeña. Entre las localidades de Demués y Gamoneu de Onís, el Tabardín nos regala un tramo de ensueño. Es fácil comprender el fuerte el arraigo que suscitan estas tierras, llena de ingenios tradicionales para que la vida pueda discurrir en armonía con el medio natural.
Los molinos de agua
Transitando por estos parajes, el mundo rural de antaño llega a resultarnos cercano y envidiable. Y no deja de cautivarnos esa insólita industria que permitía transformar los cereales en harina, con sus muelas labradas sobre piedras de granito. Los molinos de agua, presentes en los ríos, arroyos y regatos de la Asturias más húmeda, suman una quincena a lo largo del Tabardín. Sirvieron en su momento para moler cereales, principalmente maíz, y fueron pioneros de la economía cooperativa. La mayoría de estos molinos pertenecían a los vecinos de la zona, que iban a medias con los gastos de mantenimiento. Los molinos privados eran regentados por molineros que cobraban sus servicios con la tradicional «maquila» (quedarse con un porcentaje de lo molido).
Los molinos de agua surtieron de harina a todos los rincones de Asturias hasta bien entrado el siglo XX; aunque pasado el tiempo sólo cabe lamentar el abandono de la gran mayoría de ellos.
Rutas como la del río Tabardín ayudan a la puesta en valor de este patrimonio preindustrial. Además, en Onís este legado tiene matices propios, al encontrarlos próximos a los arroyos y torrenteras de montañas tan «pindias» (empinadas) como las que conforman los Picos de Europa.
La ruta del río Tabardín
Idílico y pastoril, Onís significa «tierra provechosa», y por esto mismo también será de provecho nuestras andanzas por sus sendas. Esta en concreto es una excursión sencilla e ideal para familias. Ofrece mucha sombra, y es ideal para disfrutarla en verano, donde podemos mojarnos a gusto en las cascadas y pozas que nos encontramos (siempre con la precaución debida).
Podemos alargar la ruta un poco más si así lo deseamos, llegando hasta Gamoneu de Onís, aldea que da nombre al queso por excelencia de las majadas. El Queso Gamoneu (ahumado y elaborado con tres leches) es junto al Cabrales el lácteo más demandado de Asturias. En nuestro camino también podemos hacernos con una buena cuña en alguna de las queserías de la zona. En el mismo Demués sin ir más lejos, aldea que marca el inicio y el final del itinerario.
Descendemos primero por camino empedrado que nos conduce al río. Antes incluso de atravesar el primer puente ya nos topamos con el primer molino. Avanzamos después entre avellanos y castaños dejando a nuestra derecha otros dos molinos más. Son fáciles de reconocer: construcciones de planta rectangular y pequeñas dimensiones, levantados con mampostería de piedra y -cuando aún la conservan- techumbre de madera a dos aguas.
Seguimos la ruta siguiendo las indicaciones, dejando atrás otro puente de madera, atravesando la carretera y continuando por la senda, que ahora dicurre en paralelo a un muro hasta alcanzar la cuadra del Trillón. Frente a ella están los restos de un molino más y muy cerca una hermosa cascada. En este punto tenemos la opción de regresar por el mismo camino o rematar nuestra caminata con un ascenso extra hasta el pueblo de Gamonéu de Onís, tomando el primer ramal ascendente que sale a nuestra derecha.
Información de interés
Inicio y final de la ruta: Demués
Longitud: 4 km ó 6.7 km (si se sube a Gamonéu)
Tiempo aproximado: 2 / 3 horas (si se sube a Gamonéu)
Tipo de recorrido: Circular
Desnivel subida: 255 m (440 con subida opcional a Gamonéu)
Desnivel bajada: 255 m (440 con subida opcional a Gamonéu)
Altitud máxima: 423 m (Demués) o 468 (Gamonéu)
Se recomienda llevar suficiente agua para toda la ruta, ya que no hay fuentes de agua potable durante el recorrido. Existe una fuente en Demués, donde se emprende la marcha.
Imprescindible llevar bastón para la bajada desde Demués, resbaladiza incluso en verano (¡no olvides el traje de baño en días de mucho calor!).
Texto: © Ramón Molleda para asturias.com