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Cueva glaciar de la Peruyal

Cueva glaciar de la Peruyal

La cueva del rinoceronte

Actualizado el 28 agosto 2023
Cueva glaciar de la Peruyal

El Stephanorhinus hemitoechus o «rinoceronte de estepa» fue un animal común en Europa durante el Pleistoceno Medio y Superior. La especie, extinta hace unos 40.000 años, tienen en el concejo de Onís un pequeño santuario, pues conserva en una de sus cuevas un fósil impecable, para deleite de expertos y aficionados en la materia.

Y lo mejor de todo es que cualquiera con interés puede acercarse a verlo gracias a una excursión guiada que se convierte en una aventura bajo tierra. Una experiencia espeleo/paleontológica apta para todos los públicos.

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Latitud: 43.3347855 Longitud: -4.9526267
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Conviene aclarar que en la localidad de Avín hay dos tipos de opciones en torno a la fauna glaciar. Una de ellas es la cueva/museo, que supone el recorrido didáctico por una gruta  muy accesible, habilitada para albergar reproducciones de la fauna glacial -y que bien merece una visita aparte. La otra opción, a la que nos referimos aquí, es una sima más abrupta, la Cueva de La Peruyal. En su interior, en una pequeña y fascinante cámara, se ha conservado durante 45.000 años la osamenta de este rinoceronte prehistórico; una especie que se alimentaba de hierba como los actuales y que fue cazada ocasionalmente por los neandertales.

La cría de este animal encontrada en Avín se bautizó hace tiempo como el «Osorrino». Fueron los niños los que le dieron este nombre, con su facilidad para simplificar las cosas y las teorías que tuvieron lugar sobre el origen del esqueleto.

En busca del «Osorrino»

Experimentados guías nos esperan tras haber reservado la actividad. Los grupos tienen un máximo de 8 personas. Nos enfundamos el mono, y con el casco ya puesto caminamos decididos hacia la cueva que hay que explorar. No todos los días puede uno acercarse a escasos centímetros de un rinoceronte de la Era del Hielo. Ese es nuestro gran objetivo.

Una escalera metálica permite el acceso hasta la puerta de entrada; desde ahí, otra escalera (esta de caracol) nos conduce a las profundidades. Encendemos las luces frontales de nuestro equipo. Guías experimentados y apasionados con su trabajo nos explican que los restos de animales que han aparecido en esta sima son mayoritariamente mamíferos herbívoros y omnívoros. Son ellos los más propensos a caerse en este tipo de cuevas porque carecen de visión periférica. Nos explican también que los primeros exploradores de La Peruyal fueron investigadores británicos, en 1973. Expertos geólogos que recorrieron como pioneros parte del infinito entramado, de origen kárstico, que existe bajo los Picos de Europa.

Los ingleses pensaron inicialmente que el esqueleto de La Peruyal pertenecía a un burro pequeño. Los lugareños que comenzaron a frecuentar la cueva decían que se trataba de un oso. Años después, cuando se dató científicamente el hallazgo, se supo que era la cría de un rinoceronte de la estepa. Los expertos barajan que el animal se precipitó a la cueva y después caminó por ella tratando de buscar otra salida. Sus restos se encontraron, así, junto a la única fuente de agua de la caverna. Y gracias a encontrarse en una zona permanente encharcada, el esqueleto se conservó en perfectas condiciones, barnizado con carbonato cálcico por efecto del agua.

La excursión por la Cueva de La Peruyal

El recorrido subterráneo es fácil, aunque en dos zonas puntuales son necesarias las cuerdas para salvar el desnivel. No es algo que suponga gran dificultad, aunque la presencia de las cuerdas aportan un toque de aventura que suele encantar a los niños. La temperatura bajo tierra se mantiene constante durante todo el año a unos 13 grados. Hay galerías pequeñas y otras más grandes, pero todas sobrecogen y desprenden un gran magnetismo. La Peruyal está repleta de impresionantes formaciones de endocarst. Estalactitas y estalagmitas que llevan formándose durante millones de años.

Cuando llegamos ante el fósil prometido la sensación abruma un poco, pues parece increíble tenerlo tan cerca, recostado en una pequeña hornacina natural; una suerte de santuario cavernícola. La explicaciones de los guías frente a este fascinante animal se alargan. Aclaran, por ejemplo, que fue en el año 2000 cuando la arqueóloga Ana Pinto quiso estudiar aquello que para unos era un oso y para otros un burro. Tras analizar la forma de su cráneo y la antigüedad de los restos, concluyó que se trataba de un rinoceronte muy primitivo (45.000 años) que sólo tenía entre 18 y 24 meses al morir. Había comido mucha tierra sus últimos días, lo que hizo que sus tripas se solidificaran y ahora se puedan contemplar con nitidez.

Información de interés

La Cueva de La Peruyal es una gruta de unos 300 metros, situada a un kilómetro de Benia de Onís.

La excursión guiada comienza en el Camping de Avín y es imprescindible reserva previa.
Tno. 616 212 483

Duración: 3 horas.

Indicado para familias con niños a partir de 8 años.

TARIFAS: 

Adultos: 25€
Niños (desde 8 años): 20€

La actividad incluye: guía especialista, mono de espeleología, casco frontal LED.

HORARIOS:

Del 15 de junio al 1 de octubre (previa reserva). Mañanas: 10:45 horas. Tardes: 15:30 horas.

Martes no hay visita.

 


Texto: © Ramón Molleda para asturias.com Copyright Ramon Molleda