Desde Puerto de Vega y desde el propio pueblo de Frejulfe se tiene fácil acceso rodado. La playa resulta muy acogedora, y su inusual arena tostada hace más cálida, e incluso romántica, la estancia. Un atardecer en Frejulfe, si nos toca la mar en calma, es un lugar idóneo para, por ejemplo, enamorarse y sacarse una foto de pareja a contraluz, como si estuviésemos en el Caribe. La verdad es que la arena, fina y con ese tono de azúcar moreno, más bien parece pertenecer a la costa mediterránea o caribeña. Y sólo las corrientes y el oleaje, más frecuente que la quietud de las aguas, cuando choca impetuoso contra las rocas delata su condición cantábrica. Olas que los surfistas, habituales de este lugar, califican de potentes y huecas.
El entorno de la playa resulta fascinante debido a su vegetación. La ensenada arenosa, de unos 700 metros de longitud, alberga una importante vegetación dunar y un bosque espeso de pinos en la retaguardia.
Los acantilados que la rodean forman parte de la declaración de Monumento Natural, junto a las dunas, a la misma playa, y el estuario idílico del río Frejulfe que da nombre a este trozo de costa y desemboca en su seno.
Aunque esto ya sea para nota y para los expertos biólogos, se puede citar aquí que en el entorno de la playa pueden encontrase céspedes de «Scirpus parvulus», el único sitio de Asturias donde han conseguido desarrollarse haciendo más pintoresco este hábitat. Asimismo, sus valores faunísticos con la presencia de la nutria, la rana verde y el ostrero aportan más riqueza a su ecosistema y más rareza al conjunto. Dicen por Navia que, ocasionalmente, arrastrados por la corriente, en la playa de Frejulfe varan animales marinos. Dado que, a las claras, su orientación es totalmente abierta al mar, no nos extraña nada que sea anfitriona de la fauna marina.
A estas alturas ya se habrán dado cuenta de que el topónimo de la playa resulta impronunciable. Prueben a leerlo, repítanlo dos o tres veces visionándolo. Ahora cierren los ojos, dejen pasar unos segundo y vuelvan a intentarlo Jefulgre, Fejulje, es casi imposible, una prueba nemotécnica de dificultad máxima.
Lo mejor es acercarse a dar un paseo, porque bien se sabe que lenguaje y memoria viven y se alimentan de la experiencia. Quizás después de pasarse por Frejulfe ya no nos cueste tanto pronunciarlo. Hagan la prueba.
Playa de Frejulfe: cómo llegar
· El acceso más fácil a la playa se realiza desde la pequeña aldea de Frexulfe de la que parte una pequeña carretera que, en poco más de 500 m, conduce directamente a la playa. Para llegar a Frexulfe, basta seguir la Nacional 634 hasta Navia y tomar allí la Carretera Local NV-2. Esta localización cuenta con acceso especial para personas con algún tipo de discapacidad física, además de plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida.
· Más atractivo resulta es el acceso desde Soirana, de donde parte una carretera que termina encima de un acantilado, se disfruta de un mirador natural sobre la playa y cuenta con zona de aparcamiento. Desde éste se accede a la playa por una senda peatonal cómoda y dotada de barandillas.
Puerto de Vega, pueblo ejemplar
Los habitantes de Puerto de Vega se mueven, aman su pueblo. Apenas son 2.000 las personas residentes pero se …
Senda costera de Navia
La Senda Costera de Navia, a pesar de ser la más antigua de todas las que forman parte de la red de …
Texto: © Ramón Molleda para asturias.com