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Puerto de Vega, pueblo ejemplar

Puerto de Vega, pueblo ejemplar

Un laberinto de mar y cultura

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Los habitantes de Puerto de Vega se mueven, aman su pueblo. Apenas son 2.000 las personas residentes pero se empeñan en conservar su historia y su urbanismo, que deja una estela de romanticismo decimonónico difícil de encontrar en una villa asturiana. Tal parece que nos van al salir al paso los ilustrados de otro tiempo con sus togas y tratados.




Latitud: 43.5652809 Longitud: -6.6465569
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A la entrada de Puerto de Vega no se llega: se accede, como quien penetra en una escena que mezcla naturalidad con una cierta teatralidad costumbrista. El blanco de las fachadas, más que encandilar, reconforta. Hay en él un orden sereno, casi cartesiano, que no desdice de la vocación marinera del lugar. Podemos acercarnos al céntrico parque «Benigno Blanco», de amplio arbolado; descubrir la centenaria y romántica Plaza de Cupido, eje neurálgico de la villa sobre el que se asentó el primitivo poblado marinero y donde sorprenden la belleza antigua de casonas como la de la Plaza» o la de las Columnas»; asombrarnos con el inmenso Casino de 500 metros cuadrados de planta…

¿Cómo llegar a Puerto de Vega?

Esta localidad la encontramos a 7,5 kilómetros al este de la capital de Navia, comunicada por la N-632.
Si estamos en la Autovía del Cantábrico A-8, hay que tomar la salida 474 y después la NV-7 nos lleva hasta Puerto de Vega.

¿Cuántos habitantes tiene Puerto de Vega?

En la actualidad cuenta con cerca de 2.000 habitantes, es el núcleo de población más importante después de Navia, la capital del municipio.
No extraña que este pueblo, que parece haber salido de un óleo de Darío de Regoyos, haya sido reconocido como “Pueblo Ejemplar de Asturias” en 1995 y, con justicia poética, el galardón del más hermoso de la región en 1998.

Pasado ilustre de Puerto de Vega

No es baladí que Gaspar Melchor de Jovellanos, ilustrado por vocación y mártir por convicción, encontrara en Puerto de Vega su última morada allá por 1811. Como si el destino le hubiera reservado un rincón de Asturias donde morir con nobleza. Lo acogieron los vecinos como a uno de los suyos, y él, en su agonía, dejó sembrado aquí un legado que es más que físico: es espiritual. Las placas conmemorativas, la biblioteca que lleva su nombre, la calle, el monumento… todo eso está bien, pero lo esencial es que Jovellanos, que tanto soñó con una España razonable, tuvo en este puerto un atisbo de lo que esa España podría haber sido.

Puerto de Vega, pueblo ejemplar

¿Qué ver en Puerto de Vega?

Puerto de Vega es, ante todo, puerto, porque aquí la mar no es decorado ni excusa para la postal veraniega. Aquí la mar manda, y los hombres obedecen con una mezcla de respeto y altivez heredada. Durante siglos, la pesca del bonito y de la merluza —esa pareja aristocrática del Cantábrico— marcó el pulso económico y vital del lugar. Y aunque los tiempos modernos, con sus frigoríficos y sus lonjas informatizadas, han desdibujado el romanticismo del oficio, en Puerto de Vega aún quedan barcas que regresan con la aurora, y hombres que llaman “compañeru” al viento.

El puerto, pequeño pero rotundo, es como un anfiteatro donde se representan las tragedias y comedias del día a día marinero. Cuenta con muralla incluida, almenas en perfecto estado que frenaron la piratería en la Edad Media y que protegió el pueblo frente a la invasión francesa tres siglos más tarde.

Puerto de Vega, pueblo ejemplar

En el entorno del puerto también se puede visitar el paseo del Baluarte y el mirador de La Riva. En Puerto de Vega, el Baluarte no es sólo un paseo: es un viejo bastión que aún conserva algo de su vocación original. Desde aquí se controlaban los movimientos del puerto y, en tiempos más agitados, también se oteaban posibles amenazas que pudieran llegar del mar. Podemos ver en él dos cañones del siglo XVIII y un monolito en honor de quienes erigieron el Baluarte en 1588 junto a varias piezas náuticas.

En otro bello lugar, en el rincón de la Riva, descubrimos una recreación de la mesa de mareantes realizada en 1992 para homenajear el apogeo pesquero local, incluyendo la caza de la ballena de otros tiempos. Aquí se erige un monumento con tres plantas cargadas de historia. Destaca el primer contrato ballenero que se conoce, dos imponentes quijadas de cuatro metros de longitud procedentes de ballenas de unas 30 toneladas de peso. En la segunda planta un inmenso retablo «alegoría de la caza de la ballena», nos muestra a las claras cómo era la captura de estos gigantes marinos. En el tercer nivel destaca, sobre un cerco almenado, un moderno cañón ballenero. Inventado por Sven Foy, marinero noruego, en 1854 y probado sobradamente en su barco «Spes et fides».

La Capilla de la Atalaya: promesa al borde del abismo
Al borde del acantilado, la Capilla de la Atalaya vigila el mar como lo haría una madre inquieta. Dedicada a la Virgen de la Atalaya, protectora de marineros, fue erigida por promesa tras un temporal por el Gremio de Marinería y Comercio hacia el año 1605.

Cultura en Puerto de Vega

El Museo Etnográfico: memoria con herramientas
En las antiguas escuelas del pueblo, el Museo Etnográfico «Juan Pérez Villamil» guarda la vida de otros tiempos sin idealizarla. Allí se representan los oficios que sustentaron la existencia cotidiana: carpinteros de ribera, las filadoras o hiladoras, los zapateiros, ferreiros, madreñeiros, cesteiros, carpinteiros o ebanistas, o los canteiros o loseros. Cada sala es un homenaje al esfuerzo anónimo, a la destreza y a la necesidad convertida en arte popular.

Decir finalmente que el amor de sus ciudadanos ha convertido a la localidad en referente festivo del occidente astur. Sus fiestas patronales de Nuestra señora de la Atalaya convocan una inusual expectación por espacio de cuatro días, cada uno con nombre propio: el 7 de septiembre «La Víspera», el día 8 «La Telayona», el 9 «La Telayina» y el 10 «La Jira». La devoción, como no podía ser de otra forma, se profesa a una virgen marinera y toma distintas formas entre paganas y católicas: cantares, vino, sidra, buenos alimentos, procesiones y entre otros actos, el homenaje al marinero más veterano.


Texto: © Ramón Molleda para asturias.com Copyright Ramon Molleda



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