Hablamos de un bosque bello y singular, localizado en la cara Norte de la Sierra del Sueve, muy próximo al mar Cantábrico. La humedad del litoral le regala una estampa única y un ecosistema muy poco común entre los hayedos.
El bosque mágico
Influenciado por las brisas marinas, el bosque se esconde a menudo entre la niebla. El apelativo de mágico, con el que muchos se refieren a él, le viene dado por esta circunstancia y por otras propias de su microclima. La Biescona es un lugar sombrío en el que no existe sotobosque. Tal es su frondosidad que los rayos del sol no llegan al terreno durante gran parte del año. Por eso está libre de maleza y crece por todas partes un manto «mágico» de musgos, hepáticas, hongos y líquenes que visten las rocas, los troncos y cortezas desprendidas por doquier. El conjunto ofrece cierto aspecto a selva ecuatorial, hasta el punto de que es un paraíso para los botánicos que han certificado la presencia de helechos y briófitos tropicales (algunos de los cuáles son casi fósiles vivientes por su enorme antigüedad). Un liquen muy impropio de estas latitudes es el denominado Lobaria virens –quizás la mayor reliquia botánica de la Biescona-; también sobrevive aquí uno de los helechos más amenazados de la flora mundial, el conocido como Lengua de Ciervo.
Ruta por la Biescona
Vemos como se extiende por la garganta que forma el Arroyo de la Toya. No está poblada sólo por hayas, también hay abedules, avellanos, fresnos, acebos, tejos y algunos robles que crecen por encima de su cota normal. Siempre merece la pena adentrarse en este bosque y disfrutar de su espesura, de las formas extraordinarias de los árboles aferrados a las rocas, del suelo cubierto de hojas, de la soledad… El trino de los pájaros nos irá acompañado al cruzar el hayedo en pendiente. Nos lo tomamos con calma para hacer fotos inolvidables. El tamaño de alguna de las hayas es increíble, como el haya centenaria apodada La fayona, sin duda la más fotografiada del hayedo por su perímetro y ramaje impresionante.
Intuimos la fauna oculta del bosque como los zorros, que encuentran aquí muchas zonas de refugio y cría; con suerte asomará algún gamo, puede que encontremos alguna vaca de la cabaña ganadera del Sueve. El sendero se torna húmedo, embarrado y resbaladizo por momentos mientras nos adentramos en la Garganta de la Toya. Cruzaremos el arroyo en varias ocasiones, por zonas en las que sólo es un hilo de agua, pero también por sitios donde el cauce es más vivo. En la parte baja del hayedo nos introducimos entre bloques altos de piedra y lo que parece un cauce seco (cargado de agua en el deshielo).En alguna ocasión sorteamos grandes troncos caídos. El sendero también nos depara rastros de actividad humana, como las ruinas de la Mina de la Toya, antigua explotación de extracción de hierro.
¿Cómo llegar al Hayedo de la Biescona?
Podemos iniciar la ruta desde el popular Mirador del Fitu o bien unos cuatro kilómetros antes del mirador, en un apeadero que hay a mano izquierda conocido como Pie de Potru. Esta segunda opción es de ida y vuelta, ascendiendo el hayedo hasta la majada de Bustacu, para volver a descenderlo por el mismo camino. Si no deseamos la logística de dejar un vehículo al inicio y otro al final de la ruta, este pequeño aparcamiento es el lugar ideal para comenzar y terminar el recorrido por el hayedo.
Hayedo de la Biescona con niños
Podemos asegurar que es una ruta perfecta para descubrir con niños pues constituye en sí misma todo un aula de la naturaleza. La ruta por el hayedo nos dejará boquiabiertos por el tamaño de las hayas y las formas impresionantes del ramaje. El mejor momento del año para hacer la excursión es el otoño pues todos los árboles tendrán una gama de color infinita, del amarillo al rojo.
Les recomendamos hacer la ruta acompañada por los los guías del Centro de Interpretación del Sueve; hacen también visitas a la Iglesia de Gobiendes, al casco histórico de Lastres, rutas al Picu Pienzu…
Fuente: Centro Interpretación del Sueve 655 80 97 73 · 690 83 01 05
Información de interés:
Recomendamos la opción de afrontar el hayedo en descenso desde el Mirador del Fitu. En especial la visita guiada y explicativa que organiza el Centro de interpretación de la Sierre del Sueve, situado en el pueblo de Gobiendes.
Esta alternativa es ideal si se va con niños. Desde el Mirador del Fitu, donde dejamos el coche, caminaremos hasta la entrada superior del hayedo, atravesando majadas y praderas en las crestas de la sierra, con grandes vistas panorámicas del interior de Asturias, de los Picos de Europa y de la costa cantábrica. Posteriormente nos adentraremos y descenderemos a través del hayedo, desde el comienzo a la altura de la “Fayona” hasta las inmediaciones de la antiguas minas de La Toya, donde parte un camino ancho que nos conduce a Pie de Potru, junto al antiguo bar Casa Julia, donde terminaremos la ruta, ya junto a la carretera AS-260. El centro se encarga de transportarnos hasta el Fitu para coger de nuevo nuestro vehículo.
La ruta es de dificultad media-baja y de unas 4 horas de duración, con un desnivel de 130 metros de subida y 550 metros de bajada.
· Más información: Centro de interpretación de la Sierra del Sueve, Antiguas escuelas de Gobiendes.
Tel: 655 80 97 73
Texto: © Ramón Molleda para asturias.com