La Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), una de las principales citas veraniegas del Principado, suma ya más de medio siglo de existencia.
Más de 1.600 expositores de todos los sectores productivos de la economía participan en ella, y aunque se conciba de una forma empresarial no es exclusiva para los profesionales. La FIDMA, mezcla las actividades de este tipo con un intenso programa paralelo, abierto a todos los públicos, y en los que participan autoridades, representantes destacados del mundo de la empresa, grandes expositores nacionales y extranjeros, y colectivos sociales y culturales que se reúnen una vez al año en Gijón en torno a convenciones, congresos, cenas de gala, exposiciones y muestras de todo tipo. El certamen se convierte así en un centro neurálgico para la industria, el comercio, la cultura y el tiempo libre.
Gijón es estos días la ciudad ideal para alternar los negocios y el placer, ya que las actividades propias de esta ciudad moderna envuelve a la feria en un clima de comunicación y de intercambio cultural.
Aunque la feria se inició con un carácter regional, convocando a las empresas e instituciones asturianas, poco a poco se ha convertido en un escaparate en el que otras comunidades y países exponen sus productos; de ahí que se haya ganado con los años el apelativo de internacional.
Además, con el tiempo también ha mejorado ostensiblemente sus instalaciones, y dispone ahora de un nuevo Pabellón Central, convertido en el epicentro ferial tras ser inaugurado con motivo de la 50 edición de FIDMA, en 2006.
El recinto en su conjunto destaca por su belleza funcional y polivalencia, y dispone de los más avanzados medios audiovisuales, gabinete de prensa, servicio de catering, técnicos en relaciones públicas y protocolo; todos los medios que se precisan para que un evento de estas dimensiones sea un éxito organizativo cada año.
La Feria de muestras rebosa bullicio y expectación, y merece una visita tranquila. Los niños también lo pasarán bien ya que existe un gran parque de atracciones infantiles.
La visita puede ser también una buena disculpa para acercarse a Gijón en un mes, el de agosto, en el que la ciudad se muestra pletórica, divertida y muy bien equipada para el ocio vacacional. En realidad la gente que acude a la feria suele ir más por darse un garbeo, recorrer las decenas de tenderetes pequeños con productos para el consumidor de a pie, echarle un vistazo a los nuevos aparatos electrónicos que se muestran, comprar algún recuerdo, recibir algún regalo (porque en muchos stands te obsequian con sorpresas) y también para degustar la comida asturiana en las decenas de rincones habilitados con tal propósito.
Texto: © Ramón Molleda para asturias.com