Al hablar de espacios verdes en la ciudad de Gijón, hay que mencionar el Parque de la Atalaya en Cimadevilla. Su ubicación en el cerro de Santa Catalina hace de él un enclave prigvilegiado, desde allí se contemplan algunas de las mejores vistas de la ciudad y de las playas urbanas de San Lorenzo, Poniente y el Arbeyal. El «Elogio del Horizonte», obra de Chillida, se alza majestuoso sobre el horizonte y, aunque suscitó mucha polémica su colocación, con el paso del tiempo se ha convertido en símbolo turístico de la ciudad.
El Parque de Isabel la Católica, con sus 152.000 metros cuadrados, es la mayor mancha verde de Gijón. Situado al final del Muro de San Lorenzo, cuenta con un hermoso estanque y un buen número de pavos reales que hacen las delicias de los pequeños. Ya preparados para el camino nos acercamos a la escalera 16.
Ruta del Cervigón
El paseo del Muro de San Lorenzo se prolonga por un paseo costero, muy concurrido desde que se inaugurara en 1998; son casi ocho kilómetros de senda que nos llevan desde el centro de Gijón a la playa de la Ñora. Bordea de forma paralela al mar toda la costa este de Gijón, y sobre acantilados llegamos al vecino municipio de Villaviciosa.
En el caminar cruzamos el Parque del Rinconín, un lugar ideal para el esparcimiento, donde se puede descansar a la sombra de un árbol y disfrutar a su vez de una panorámica artística, pues son varias las esculturas de gran tamaño que nos encontraremos. Cientos de gijoneses se dan cita a diario en este paseo, el carril bici lo usan los más jóvenes para disfrutar del patinaje y el ciclismo.
La primera obra de arte que sale a nuestro paso es «Sombras de Luz». Fernando Alba, su autor ha conseguido despertar una viva polémica con esta composición de cuatro láminas de hierro cortén, igual que sucedió con el «Elogio» a principios de los 90. Es realmente bonito descubrir Gijón a través de los orificios perforados en el hierro, las puestas de sol en la playa y adivinar los barcos que cruzan la bahía.
Una de las obras más queridas por los gijoneses es el «Monumento a la Madre del Emigrante», conocida por «La Lloca del Rinconín», se alza en una gran plaza circular y mira al horizonte lejano, simbolizando el dolor de una madre que, como tantas en Asturias, llora por la partida de sus hijos hacia el angustioso camino de la emigración.
Poco más allá nos sentimos deslumbrados por una escultura realmente impresionante. El escultor onubense Pepe Noja ha representado la solidaridad mediante unos extraordinarios eslabones de acero inoxidable.
El camino continúa zigzagueante al borde del mar y si el día acompaña resultará una excursión de lo más atractiva. Veremos el Monumento a las Víctimas del Holocausto inaugurado en el año 2000, la escultura homenaje a Galileo Galilei, el mirador de la Providencia -obra del arquitecto Ángel Noriega, se trata de una escultura de hormigón con forma de proa de barco que mira hacia el noroeste-, la playa de Serín, la playa de Estaño y finalmente la playa de la Ñora, punto final del sendero.
Si se acerca a Gijón, haga un hueco en su agenda y disfrute de esta ruta costera.
Información de interés:
Inicio: rotonda del Puente del Piles.
Final: playa de la Ñora.
Senda costera de 8 kms.
Caminando 3 horas.
Corriendo 1 hora 30 minutos.
En bici 1 hora 15 minutos.
Desnivel 99 metros, acumulado 292 metros.
Firme: baldosa, enlosado de piedra y asfalto. Tramos con escaleras.
Texto: © Ramón Molleda para asturias.com