La historia del Sporting es épica, con época dorada incluida, más de 40 temporadas en Primera y muchas batallas en Segunda. Su estadio ha visto pasar futbolistas de leyenda, partidos que se cuentan a los nietos y ascensos gloriosos. Siempre arropado por la Mareona, afición incansable que convierte cada desplazamiento en una fiesta, y que siempre inunda el Molinón, llueva o truene, milite el equipo en Primera o Segunda.
A finales del XIX, algunos hijos de la burguesía gijonesa -educados en internados ingleses- habían regresado a Gijón con una novedad fascinante: un juego de pelota para jugar con los pies. La excentricidad británica prendió en la ciudad. Fundar un club de fútbol en 1905 era gesto de modernidad en una Gijón industrial y obrera, donde barrios y ciudadelas, talleres y astilleros daban forma a una ciudad en crecimiento. El “football” encajó ahí, entre ateneos y chigres, como nueva liturgia urbana.

Historia del Real Sporting de Gijón
Al principio, solo la élite gijonesa podía jugar al fútbol: tenían botas, camisetas, balón y, sobre todo, tiempo para entrenar y jugar. De ese ambiente burgués surgieron el Gijón Sport Club (1902) y la Sportiva Gijonesa, hasta que en 1905 apareció Anselmo López, fundador, portero y presidente del primer Sporting Gijonés, germen del actual Real Sporting de Gijón. El equipo entrenaba en la playa de San Lorenzo y ya vestía la que hoy se considera la camiseta rojiblanca más antigua del fútbol español. Su escudo, con triángulo isósceles invertido, franjas rojas y blancas, monograma S–G y corona real. Aunque fue cambiando con el tiempo: perdió la corona durante la Segunda República y tras la Guerra Civil (con la cruzada contra los extranjerismos) perdió la S, dejó de ser “Sporting” para llamarse Real Gijón. En los setenta se recuperó la S, en los 90 hubo ciertos reajustes estéticos y en 2005 se realizó una versión para el centenario del club.

El Molinón
Cuando el fútbol empezó a organizarse en campeonatos y federaciones, el Sporting entendió que le hacía falta una casa para dejar de ser un equipo de “playa”, de praos y fincas comunales. Eligió entonces el campo anexo a un gran molino de agua a orillas del Piles -un campo de juego ya documentado el 20 de mayo de 1908-. En 1916 la directiva inició la compra del terreno, un año después llegó la grada descubierta, los vestuarios… Una reforma que se celebró por todo lo alto: misa de campaña y bendición, representación militar, banda de música, etc. Medio Gijón estaba allí. En 1920, el estadio ya estuvo preparado para acoger la final de Copa (Barcelona de Zamora y Samitier vs. Athletic de Pichichi). En 1928 fue sede de un España – Italia.
Con campo propio, el Sporting tomó ventaja en una Asturias futbolística aún en pañales. Podía hacer crecer la taquilla, la afición, reforzar el sentimiento de pertenencia. Todo despegó a mediados de los años cuarenta, cuando el equipo subió a Primera División (antes, en 1935, el club tuvo problemas económicos por la hipoteca del campo y el Ayuntamiento lo compró por 223.000 pesetas, asegurando así su futuro y el vínculo con la ciudad). Desde entonces, la grada y la afición crecieron juntas. En los años setenta, El Molinón fue el primer estadio de España completamente cubierto. Para el Mundial de 1982 amplió su aforo a 45.000 espectadores. Luego, por normas de seguridad y exigencias de la UEFA (todo el público sentado), se redujo a las 30.000 plazas actuales.

En los primeros 2000 se renovaron gradas, instalaciones y fachadas, rediseñadas por el artista Joaquín Vaquero Turcios. Desde 2018, el estadio lleva el nombre de El Molinón–Enrique Castro “Quini”, presidiendo la zona este de Gijón, junto al parque Isabel la Católica, el complejo de Las Mestas, el Muséu del Pueblu d’Asturies y la Feria de Muestras. Un gran espacio verde y animado donde se mezclan deporte, cultura y paseo.
El Molinón es en la actualidad el campo de fútbol más antiguo de España en uso continuo. Lo que para otras urbes es catedral, muralla o fortaleza, para Gijón es El Molinón. Ha acogido miles de partidos, incluidos encuentros de la selección y del Mundial 82. En 1979 nació en sus gradas el célebre canto “Así, así, así gana el Madrid”, por las supuestas ayudas arbitrales que recibía el equipo de la capital por aquel entonces (algo que luego asumiría orgullosa la afición merengue para celebrar sus triunfos).Todavía se escucha el famoso “¡Ahora, ahora, ahora Quini, ahora!”, una especie de plegaria para que «el brujo» marcase goles y diese la vuelta a partidos imposibles. Hoy se canta en el minuto 9 de cada partido, como homenaje al gran delantero.

Pero El Molinón es más que un recinto deportivo. Con la transición a la democracia, el estadio dio cancha a los renacidos partidos políticos y a mítines sonados como el que protagonizó en 1977 Felipe González ante 25.000 personas: “también nosotros estamos en Primera División”, dijo al empezar su intervención. Desde los años 80, el Molinón albergó conciertos irrepetibles: Rolling Stones, Bruce Springsteen, Sting, Paul McCartney, Bon Jovi, Tina Turner o Dire Straits. También fue un campo muy cinematográfico por las escenas que aportó a “Volver a empezar” -primer Óscar para el cine español en 1983-; y sede del multitudinario funeral de Quini y de la misa por Manolo Preciado.
La edad dorada del Sporting
El Sporting y El Molinón forman una sola identidad: el uno el alma y el otro el cuerpo. Cada gol, cada ascenso y cada desvelo quedaron grabados en las gradas como páginas de la biografía rojiblanca. Hubo años en los que se rozó el cielo. Una plantilla irrepetible, con un Quini que convirtió el gol en rutina, logró el subcampeonato de Liga en 1978-79. El palmarés de esos años parece inalcanzable, pues además de este subcampeonato el Sporting fue finalista de la Copa del Rey en dos ocasiones: 1981 y 1982; y sumó seis participaciones en la Copa de la UEFA (temporadas: 1978-79, 1979-80, 1980-81, 1987-88, 1991-92). Una gran momento futbolístico que incluye también dos Copas Stadium, en 1979 y 1981 (el galardón deportivo más antiguo de España, distingue a la persona o entidad que más haya contribuido al deporte nacional), Placa a la Mejor Entidad Deportiva (1978), el Juan Antonio Samaranch y la AFE de Oro (ambos 1979), la Placa al Mérito Deportivo (1981), los galardones a la Deportividad (1981 y 1986).

En los años 70 y 80 las alineaciones del equipo se nutrían de nombres tan ilustres como estos: Castro, Doria, Rezza, Tati Valdés, Uría, Joaquín, Quini, Maceda, Ciriaco Cano, Enzo Ferrero, Abel, David, Cundi, Redondo, Jiménez, Mesa, Zurdi, Morán, Urbano, etcétera. A mediados y finales de los 80, siguen brillando algunos de los jugadores anteriores, ya veteranos, y otros jóvenes talentos como Esteban o Mino (ambos fichados por el Real Madrid), Tocornal, Eloy Olaya, los hermanos Ablanedo, Jaime, Emilio, Marcelino, Eraña, Espinosa, Juanma, Joaquín Villa, Luismi, Felipe Miñambres, etcétera. Muchos de estos jugadores llegaron procedentes del equipo filial tras un buen trabajo con los valores de la cantera, un trabajo que daría más frutos y más figuras en los años 90.

Filial y cantera, los «yogurinos»
Desde su fundación, el Sporting de Gijón ha recurrido siempre a jóvenes con futuro para reforzar su primer equipo. En los años veinte bebió sobre todo de la U.D. Racing, el Club Fortuna, el Club Calzada y el F.C. Gijonés, sin descuidar otros filones regionales. En 1928, la fusión de U.D. Racing y Fortuna dio lugar al Club Gijón, que en los treinta se convirtió en el gran vivero rojiblanco. En los años cuarenta, el Sporting consiguió su primer ascenso a Primera con media plantilla de la tierra (Luis Sión, Tamayo, Gundemaro, Benigno, Cholo Dindurra, Paladini, Luisín, Vitín, Mijares, Victorero). Pero no será hasta 1960 cuando empiece a contar con un equipo filial federado propio: el Club Deportivo Gijón.
En 1970, con Carriega como entrenador, había siete asturianos en la alineación (Castro, Echevarría, Alonso, José Manuel, Herrero II, “Tati” Valdés y Quini).Pero la factoría del filial explotó a lo grande en los 90 con la quinta de los “yogurinos” que, además de jugar en el primer equipo, partieron a otros clubs de la Primera División española: Pablo (ficharía por el Zaragoza), Abelardo (Barcelona), Luis Enrique (Madrid, Barcelona), Manjarín (Deportivo de la Coruña), Óscar (Zaragoza), Muñiz (Rayo Vallecano), Juanele (Tenerife, Zaragoza), Monchu (Sevilla), Tomás (Celta, Sevilla), Iván Iglesias (Barcelona), Sergio Fernández (Celta, Zaragoza, Osasuna). Luis Sierra, Arturo, Tati, Juanma, Dani Bouzas, o Avelino entre otros, completarían esta quinta.

El siglo XXI se inaugura con el debut de un canterano ilustre: David Villa, «El Guaje». En sus dos temporadas en el primer equipo gijonés marcó 41 goles. Fue, quizás, el heredero natural de Enrique Castro Quini, pero no pudo brillar más en el Sporting pues las necesidades económicas del equipo le obligaron a fichar por el Zaragoza. Ese fue el inicio de su periplo por toda España y por medio mundo: Valencia, Madrid, Barcelona, New York, Australia, Japón.
En los primeros años del nuevo siglo, la cantera perdió protagonismo, quizá porque el equipo pasó demasiado tiempo en Segunda División. De tiempos de Villa y años inmediatamenet posteriores fueron otros jugadores talentosos como David Cano, Mario Cotelo, Ruben, Juan, Chus Bravo, Samuel, Pablo Amo o Javi Fuego entre otros. En el ascenso a Primera en 2008, los jugadores de Mareo no tuvieron mucho protagonismo, salvo algunos como Michel, Pedro Santa Cecilia, Pablo de Lucas, Luis Morán o Marcos Landeira. Pocos años después llegarían José Ángel «Cote» o Borja López. El último gran empuje de la cantera fue el de los “guajes” de Abelardo, y su ascenso a primera en 2015 gracias a jugadores canteranos como Alberto García, Álex Menéndez, Sergio Álvarez, Jony, Nacho Cases, Pablo Pérez, Carlos Castro, Juan Muñiz, Alex Barrera, Lora, Guerrero o Canella. Desde entonces y hasta hoy, la cantera no ha dejado de producir talento: Manu García, Álvaro Fidalgo, Pedro Díaz, Jorge Meré, Pablo García, Queipo, Guille Rosas, Gaspar Campos, y muchos más que seguirán llegando en los años por venir.

La Escuela de Mareo
La Escuela de Fútbol de Mareo, auténtico vivero del Sporting de Gijón, nació a finales de los años setenta gracias a una decisión difícil pero visionaria: vender a Churruca al Athletic (por 50 millones de las antiguas pesetas) para financiar su construcción. Las obras concluyeron en 1978, bajo la presidencia de Manuel Vega-Arango y tras el impulso inicial de Ángel Viejo Feliú.
La inversión en Mareo pronto dio frutos. Su quinta más célebre fue los famosos “yogurinos” (nacidos entre 1969 y 1971), reunidos todos ellos en el Sporting Atlético bajo la batuta de un entrenador de casa: Carlos García Cuervo. Había un completo catálogo de virtudes: la colocación y el salto de Abelardo; el toque fino de Ovidio y de Tomás; la zancada y el gol de Luis Enrique y de Manjarín. El sportinguismo, que siempre supo distinguir entre promesa y talento verdadero, se enamoró al instante.
Con Ciriaco Cano como entrenador, el Sporting fue quinto en la Liga 1990-91 y regresó a Europa. Un año más tarde, Abelardo, Luis Enrique y Manjarín conquistaban el oro olímpico en Barcelona-92. Los tres se marcharon, Luis Enrique al Madrid ( en 1991 por 250 millones de pesetas), Javier Manjarín al Depor (en 1993 por 100 millones); el Pitu Abelardo al Barça (en 1994 por 275 millones). También se irían Juanele al Tenerife (en 1994 por 250 millones) e Iván Iglesias al Barcelona (en 1993 por 100 millones).
Todos estos fichajes, y otros que les siguieron, dejaron al descubierto una verdad conocida pero dolorosa: en los clubes modestos se necesita el dinero. Si el Sporting hubiera podido retener a sus estrellas, habría tenido nivel suficiente para codearse con los mejores durante varios años. Desde entonces, “Made in Mareo” define todo un estilo que se aprende desde niño, empezando por cuidar bien las botas o saber que más importante que las piernas es el cerebro, salir jugando desde atrás aunque se pierda, estudiar con detalle la gramática del gol apoyándose en los pases bien dados… El fútbol formativo, cuando va en serio, se parece más a un conservatorio que a un gimnasio.

Hoy la Escuela de Mareo ocupa 112.000 m² con ocho campos, vestuarios, gimnasio, área médica, hidroterapia y sauna, y residencia para el primer equipo. Con un presupuesto anual de poco más de un millón de euros, el Sporting mantiene once equipos masculinos más el filial, dos femeninos, además de siete conjuntos federados en la escuela y otros 10 sin federar. Por aquí pasan cada semana unos 400 niños, y apenas un cuarto son de Gijón. Oviedo, las cuencas mineras, Avilés, y otras comarcas asturianas tienen transporte directo con Mareo.
La filosofía de trabajo en estas instalaciones ya ha “producido” más de 200 futbolistas para el primer equipo y un buen número de internacionales para la selección. El trabajo continúa para asegurar futuras hornadas de grandes futbolistas; también de entrenadores, pues muchos de los que se iniciaron entrenando al filial han terminado por dirigir al Sporting. Como José Manuel Díaz Novoa, Iñaki Tejada, Pepe Acebal o el propio Abelardo Fernández “El Pitu”. Aunque quizás el nombre propio de esta cantera de entrenadores sea Marcelino García Toral, cuya proyección profesional se disparó tras entrenar al Sporting B, siendo hoy uno de los técnicos más renombrados del panorama nacional. Ha entrenado al Racing, Sevilla, Zaragoza, Valencia, Atletic, Villareal …
Directivos, grandes figuras y entrenadores
Resumir más de un siglo de historia del Sporting de Gijón es una tarea casi imposible, por la cantidad de nombres y etapas que lo han marcado. Fundado en 1905 por Anselmo López -cuyo busto preside el túnel de vestuarios de El Molinón-, el club ha tenido 37 presidentes. Entre ellos sobresalen los de su época dorada, entre los años setenta y noventa, con Manuel Vega-Arango, el presidente con más partidos en Primera (458), y Plácido Rodríguez, con el mayor porcentaje de victorias. A finales de los ochenta llegó una profunda crisis, agravada con la conversión en Sociedad Anónima Deportiva en 1992, de la que el club se salvó gracias al apoyo económico de José “Pepín” Fernández. En la actualidad, el Sporting vive una nueva etapa bajo la dirección de Alejandro Irarragorri y el Grupo Orlegi, que desde 2022 impulsan una renovación institucional y deportiva con la mirada puesta en el futuro.

Ahí va una lista de los “mejores” futbolistas de la historia del club, siempre entrecomillado, porque en estas cosas no hay ciencia, sino discusiones interminables. Los hubo que dejaron cifras, los que dejaron huella y los que dejaron ambas cosas:
Ramón Herrera: delantero, fue la figura más carismática del Sporting de los años 20. De técnica y pose impecables, era conocido como “El sabio”.
Cholo Dindurra: extremo que en el Sporting de la temporada 1944-45, la del primer ascenso a la máxima categoría del fútbol español, fue el jugador más destacado del equipo. Militaría en el Sporting 12 temporadas.
Mauro Álvarez Álvarez, “Tamayo”: titular partido tras partido, jugó 279 encuentros con el equipo en los años 40. Nunca perdía la cara ni a la pelota, ni al rival, jugó en la delantera, línea media, defensa y hasta de portero.
Pepe Ortiz: Disputó con los colores rojiblanco 318 partidos de Liga, marcando 126 goles. Estuvo presente en los ascensos a Primera de 1951 y 1957. Da nombre al campo de Mareo en el que juega el filial.
Manuel Rodríguez Torre, “Molinucu”: histórico centrocampista que defendió la camiseta del Sporting en 300 partidos, entre 1944 y 1957. A lo largo de las 13 temporadas defendiendo la camiseta del Sporting nunca fue expulsado ni amonestado.
Biempica: nombre propio del equipo en la década de los años cincuenta. Jugó nueve temporadas en el Sporting entre los años 50 y 60, con 230 partidos y 60 goles.
Miguel Angel Alonso, “Miluca”: jugó 238 partidos entre 1962 y 1974, participando en dos ascensos y varias temporadas en Primera.

Carlos García Cuervo: portero del Sporting durante seis temporadas. Debutó en 1965 y participó en el ascenso a Primera en 1970. Su carrera rojiblanca estuvo marcada por la competencia con el legendario Castro. Más tarde fue entrenador en varios equipos asturianos, incluido el primer equipo del Sporting en 1989, 1993 y 1995.
Jesús Castro: portero mítico del Sporting y hermano de Quini, jugó 18 temporadas en el club, con 471 partidos, siendo el guardameta que más veces defendió su portería. Fue clave en el ascenso de 1970 y participó en varios encuentros de la Copa de la UEFA. Falleció prematura y heroicamente en 1993, al intentar salvar a unos bañistas en la playa cántabra de Armió.
Ignacio Churruca: extremo zurdo que jugó nueve temporadas en el Sporting, con 302 partidos y 63 goles. Fue el primer jugador del club en décadas en ser convocado con la Selección Española (16 veces). Su traspaso al Athletic en 1976 ayudó a financiar la Escuela de Mareo.
Tati Valdés, “La maquinona”: militó durante 14 campañas en el Sporting, siendo uno de sus jugadores más legendarios con el 10 a la espalda. Vivió dos ascensos a Primera: el de Carriega, en 1970 y el de Miera, en 1977. Tras retirarse, fue técnico, ojeador y figura clave en Mareo.
Enrique Castro “Quini”: leyenda del club y una de las personas más queridas del futbol español. Apodado ”El Brujo”, logró varios trofeos Pichichi, fue internacional en dos Mundiales y una Eurocopa. Marcó 272 goles en 521 partidos con el Sporting. También jugó en el FC Barcelona, donde ganó títulos y sufrió un famoso secuestro. Tras retirarse, fue delegado del club gijonés. El estadio de El Molinón lleva su nombre.

Manolo Mesa: mediocentro incansable apodado “Siete Pulmones”, fue clave en el mejor Sporting de la historia (finales de los 70 y 80). Disputó dos finales de Copa, un subcampeonato de Liga y cuatro Copas de la UEFA. Jugó solo dos partidos con la Selección Española por culpa de las lesiones.
Maceda: tras más de 200 encuentros ligueros con la camiseta rojiblanca, fue traspasado al Madrid de Ramón Mendoza, en los albores de la Quinta del Buitre. Fue internacional con España en 36 ocasiones.
Joaquín Alonso: el eterno capitán del Sporting. Es el jugador con más partidos en la historia del club (646). Participó en ascensos, subcampeonatos y en la copa de la UEFA. Internacional con España, jugó el Mundial de 1982. Tras retirarse, dirigió la selección española de fútbol playa y hoy representa institucionalmente al club.
Manolo Jiménez: central del Sporting en los años 80; jugó 13 temporadas en Primera y 458 partidos, siendo uno de los jugadores con más minutos del club tras Joaquín. Participó en dos finales de Copa y fue internacional con España.
Redondo: 13 temporadas en el Sporting, con 358 partidos, un subcampeonato de liga y dos finales de Copa disputadas. Fue capitán, técnico del primer equipo y del filial.
Ablanedo: apodado “El Gatu”, ganó tres veces el Zamora en Primera división (menos goleado en las temporadas 1984-1985, 1985-1986 y 1989-1990). Un registro que desde entonces han superado muy pocos guardametas. Jugó 14 temporadas y 398 partidos. Destacó por su agilidad pese a su baja estatura. Brilló con la Sub-21 ganando el Europeo de 1986 y fue internacional absoluto. «¡No tenemos miedo, tenemos a Ablanedo!», se gritaba en El Molinón tras sus espectaculares paradones.

Secundino Suárez «Cundi»: uno de los mejores laterales zurdos de la historia del Sporting, Jugó 16 temporadas en el club, con más de 400 partidos, dos finales de Copa, un subcampeonato y 9 internacionalidades. Lateral incansable, rechazó ofertas del Barça y del Valencia para quedarse en el equipo de su vida.
Eloy Olaya: debutó a los 15 años en Primera con el Sporting y jugó también en el Valencia CF, sumando 607 partidos y 111 goles en su carrera. Internacional con España (15 partidos, 4 goles), participó en el Mundial de 1986. Tras retirarse, fue secretario técnico del Sporting, seleccionador asturiano juvenil y comentarista.
Luis Enrique: bandera del sportinguismo, nacido en Gijón en 1970, fue futbolista del Sporting, Real Madrid y Barça, con 62 partidos internacionales con España y oro olímpico en 1992. Como entrenador, triunfó con el Barça y dirigió a la selección española. Actualmente entrena al PSG, con el que ya ha ganado múltiples títulos, incluido un triplete y la Champions League.
Abelardo Fernández “El Pitu”. Gran defensa central, referencia de una gran época del club en los primeros 90. Fue defensa del Sporting, Barça y Alavés, e internacional con España en 54 partidos. Ganó el oro olímpico en Barcelona 92 y jugó dos Mundiales y dos Eurocopas. Tras retirarse en 2003, entrenó al Sporting con el que consiguió el ascenso a Primera División en 2015.

David Villa: leyenda del fútbol mundial, campeón de Europa y del Mundo y máximo goleador en la historia de la selección española. En 2003, debido a la crítica situación económica del club, fue traspasado al Zaragoza por 2,7 millones, pese a que valía mucho más. Su venta salvó al Sporting de un descenso administrativo. Después militó en el Valencia, Barcelona y Atletico de Madrid, antes de irse a Estados Unidos, Australia y Japón.

Entre los entrenadores que han marcado la historia del Sporting destaca, en primer lugar, Manuel Meana (años 30 y 40). Fue el primer internacional del club y entrenó al equipo las temporadas 1933/34, 39/40 y 48/49. También fue seleccionador nacional de 1956 a 1959.
Amadeo Sánchez: con el como técnico el Sporting logró los dos primeros ascensos a Primera. Fue portero del equipo en los años 20, apodado “El Gigante” por su imponente presencia. Tras colgar los guantes, fue árbitro y más tarde entrenador, dirigiendo al equipo en 194 partidos.
Vicente Miera: entrenador del Real Sporting en su etapa más dorada, entre finales de los años 70 y primeros 80. Dirigió al equipo en 215 partidos y lo condujo a momentos históricos: el ascenso a Primera División en 1976-77, la primera clasificación para competiciones europeas, 1977-78, o el subcampeonato de Liga, 1978-79; mejor puesto del club en toda su historia.
A comienzos de los 80, el serbio Vujadin Boskov representó la entrada de una mentalidad nueva: análisis del rival, planificación, preparación física específica y disciplina táctica. Aunque sus resultados deportivos fueron modestos, su influencia metodológica fue muy importante para el desarrollo posterior del Sporting y su cantera.
José Manuel Díaz Novoa es uno de los técnicos más emblemáticos en la historia del Real Sporting. Exjugador, director deportivo y el entrenador que más veces ha dirigido al equipo, con un total de 284 partidos oficiales. Fue uno de los entrenadores que más apostó por la cantera, buscando siempre refuerzos en el filial. Su legado incluye la formación integral de muchos jóvenes y el ascenso de varios talentos al primer equipo.

Ciriaco Cano, hombre de la casa que dirigió el banquillo del Sporting la última vez que el club gijonés disputó la Copa de la UEFA, con un equipo centrado en la cantera y la quinta de los “yogurinos”.
Marcelino García Toral es uno de los 21 jugadores de la historia del Sporting que llegaron a entrenar al primer equipo. Fue en el año 2005, y aunque lo hizo en Segunda División, a partir de entonces su trayectoria como técnico es de las más sólidas y reconocidas de la Liga española.
Tras el traumático descenso de 1998 -con sólo 13 puntos- el Sporting entró en una década de crisis deportiva y económica. El fichaje de Manolo Preciado resultó clave para revertir la situación. Un técnico con experiencia en ascensos y carácter cercano que devolvió el equipo a Primera en 2008, tras 10 largos años en Segunda División. Lo hizo con jugadores como Roberto, Sastre, Canella, Matabuena, Michel, Kike Mateo, Barral, Bilic o Diego Castro. Pero el legado de Preciado va más allá de los resultados, pues recuperó el espíritu competitivo del Sporting y volvió a conectar al equipo con su afición, convirtiéndose en una figura legendaria para el sportinguismo. Su estatua junto a El Molinón recuerda su legado, tras haber fallecido prematuramente en 2012 a causa de un paro cardiaco.

Abelardo Fernández Antuña, “El Pitu”, es el quinto técnico con más encuentros disputados en la historia del club. Solo lo superan Díaz Novoa, Manolo Preciado, Vicente Miera y Amadeo Sánchez. Abelardo ha dirigido al equipo en dos etapas, con un ascenso a Primera en 2015 y una salvación agónica en 2022. Es fiel heredero de la tradición de entrenadores de la casa formados en Mareo.
Otros muchos técnicos engrosan la historia de las últimas décadas del club, figuras que fueron referencia en su momento con mayor o menor fortuna. y que hoy evocan étapas concretas, estilos, ilusiones y decepciones: Bert Jacobs, el holandés metódico; García Remón, con su porte de guardameta serio; Ricardo Rezza, estratega sereno; Benito Floro, con su libreto siempre bajo el brazo; o el mismísimo Javier Clemente, que trajo consigo la polémica que siempre le acompañaba.
Mejores fichajes internacionales del Sporting
Esta lista de nombres ilustres del Sporting no estaría completa sin recordar a algunos de los fichajes más valiosos e inolvidables que vistieron la camiseta rojiblanca. Jugadores que, por su talento, entrega o trayectoria, dejaron una huella profunda en la historia del club y en la memoria de su afición.

El argentino Enzo Ferrero, por ejemplo. Quizás el mejor fichaje extranjero en la historia del Sporting. Extremo veloz, técnico y valiente, marcó una época en El Molinón, siendo un símbolo del fútbol de ataque que caracterizó al equipo en sus mejores años.
Otro fichaje de impacto fue el del portugués Fernando Gomes, llamado a sustituir nada menos que a Quini tras su marcha al Barcelona. Las lesiones frenaron su arranque, pero en su segunda temporada dejó destellos de clase: elegante, rápido y con olfato goleador. Su regreso a Portugal fue triunfal, pues en el Oporto se convirtió en Bota de Oro europea.
En 1983 aterrizó en Gijón el carismático inglés Laurie Cunningham, extremo habilidoso y elegante que había coincidido con Boskov en el Real Madrid. Su paso fue breve pero dejó una impronta de calidad y profesionalidad que los aficionados aún recuerdan.
Luis Felipe “Lucho” Flores fue un destacado delantero mexicano, internacional por su país, que jugó en el Sporting en 1986-87, marcando 15 goles en 33 partidos. En 1987, otro mexicano, Manuel Negrete, recayó en el Sporting tras meter un golazo en el Mundial de México 1986. Un tanto que está considerado el mejor gol de toda la historia de los mundiales.
Durante los años noventa y la etapa post-soviética, el Sporting apostó por jugadores del Este. Algunos, como Igor Lediakhov (conocido como “El príncipe”’, por su estilo elegante, técnico y espectacular, disputó 209 partidos con el Sporting), el búlgaro Georgi Yordanov (potente, disciplinado y con llegada) o Dmitri Tcherichev (veloz extremo ruso), se convirtieron en figuras muy queridas por su talento y entrega.

Otros nombres como Milan Luhový ( delantero centro eslovaco y goleador fiable) o Yuriy Nikiforov (central ucraniano de gran jerarquía), dieron un rendimiento sólido y fueron piezas importantes del equipo en los años 80.
A comienzos de los 90, el argentino Hugo “Perico” Pérez, internacional por su país, se ganó el respeto de la afición por su técnica, personalidad y carácter competitivo. Yekini no ye (es) Quini». Este chascarrillo se hizo muy popular en las gradas durante el año y medio que el delantero nigeriano jugó con el Sporting a mediados de los 90, a pesar de lo cuál también dejó su impronta y sus goles en la historia del equipo. El goleador croata Mate Bilić, con sus 59 dianas, Gregory Arnolin (Francia/Martinica) -central de jerarquía y liderazgo- o el portugués André Castro, tuvieron un peso importante en la etapa de Manolo Preciado. Más adelante, el serbio Stefan Scepovic anotó 28 goles en la campaña previa al ascenso de 2015.
En los últimos años, el montenegrino Uros Djurdjevic ha marcado 66 goles en 232 encuentros con el Sporting.
En cuanto a los fichajes nacionales la lista de hombre destacados en todas las etapas del club sería innumerable, aunque podemos citar aquí los más relevantes de los úlltimos años, decisivos para etapas de ascenso y consolidación. Desde Rafel Sastre (Cádiz, 2001), capitán del regreso a Primera en 2008, hasta Luis Hernández (Real Madrid C, 2012), estos refuerzos marcaron una generación. Entre 2006 y 2009 llegaron Diego Castro (Málaga B), David Barral (Real Madrid Castilla), entre ambos lograron marcar más de 50 goles con el Sporting. Alberto Lora (Real Madrid), Kike Mateo (Hércules), los porteros, Juan Pablo Colinas (Numancia), Iván “Pichu” Cuéllar (Atlético), Roberto (Celta), Diego Mariño (Levante), y otros jugadores de campo como Carmelo González (Levante), Miguel de las Cuevas (Atlético), o Alberto Botía (Barcelona) merecen una mención. Su peso en el equipo enlaza con uno de los fichajes nacionales más sonados que vivió el club a finales de los años noventa: Julio Salinas. Aquel delantero de amplia trayectoria y figura inconfundible recaló en El Molinón y firmó 24 goles de los suyos.
Partidos históricos
A lo largo de su historia, el Sporting ha disputado encuentros que forman parte de la memoria colectiva del sportinguismo. Partidos que marcaron épocas, avivaron rivalidades y dieron lugar a gestas inolvidables en noches gloriosas.
El primer gran recuerdo se remonta a 1945, cuando el Sporting goleó 6-0 al Real Oviedo en El Molinón, en el primer derbi asturiano disputado en Primera División. Aquel triunfo, con goles de Molinucu, Cervigón, Tamayo y un hat trick de Pío, marcó el nacimiento de una rivalidad legendaria entre los dos grandes clubes del Principado.
Décadas después, el club gijonés vivió su gran despegue en los años setenta, con una generación irrepetible. El 29 de mayo de 1977, en el viejo campo de Buenavista, el Sporting remontó al Oviedo (1-2) con tantos de Quini y Ferrero, logrando el ascenso a Primera y el título de campeón de Segunda División. Aquella victoria simbolizó el inicio de los años dorados del club.
Ya en la temporada 1978-79, El Molinón vivió noches mágicas: primero, el 3-2 ante la Real Sociedad, con un gol en el último minuto de Enrique Castro “Quini”, y poco después la victoria europea frente al Torino (3-0), en la primera participación del Sporting en la Copa de la UEFA, donde el equipo dejó huella por su fútbol valiente y ofensivo.
El esplendor continuó en los años ochenta, cuando el Sporting alcanzó por primera vez una final de Copa del Rey en 1981, tras eliminar al Real Madrid y al Sevilla. En el Vicente Calderón cayó 3-1 ante el Barcelona, con Quini como verdugo. Aun así, aquel equipo —con Redondo, Maceda, Joaquín, Uría o Ferrero— quedó en la memoria de todos. Un año después, en 1982, los rojiblancos volvieron a disputar otra final copera, esta vez en Valladolid frente al Real Madrid. El Sporting compitió con coraje, cayendo con honor y confirmando su lugar entre los grandes del momento.

El 28 de febrero de 1987, el equipo dirigido por Díaz Novoa protagonizó una de las mayores gestas de su historia: 0-4 en el Camp Nou, con un doblete de Eloy Olaya. Aquella noche el Sporting mostró su mejor versión y silenció al Barça con un fútbol brillante.
Pocos meses después, en la Copa de la UEFA 1987-88, el Sporting volvió a asombrar a Europa al derrotar en El Molinón por 1-0 al AC Milan de Arrigo Sacchi, un gigante del fútbol continental. Fue una victoria que simbolizó la garra y el orgullo rojiblanco frente a un rival poderoso.

En 2008, Sporting 2–0 Eibar (15 de junio): partido histórico, con goles de Bilic y Luis Morán que certificaron el regreso a Primera tras 10 años en Segunda.
Ya en tiempos recientes, el 2 de abril de 2011, el Sporting de Manolo Preciado logró otra proeza histórica: vencer 0-1 al Real Madrid de José Mourinho en el Santiago Bernabéu con un gol de De las Cuevas, rompiendo la imbatibilidad del técnico portugués en casa. Aquel triunfo, logrado por un equipo humilde y valiente, devolvió al sportinguismo la emoción de sus grandes gestas.
Betis 0–3 Sporting (7 de junio de 2015). Jornada histórica: el Sporting de Gijón logra el ascenso en el campo del Betis gracias a sus tres tantos y a un gol en el descuento del Lugo ante el Girona.

Hoy el club vive una nueva etapa, pero su esencia permanece intacta. El Sporting de Gijón es ante todo una manera de entender la lealtad, la esperanza y el esfuerzo. Y eso, ni los descensos, ni las crisis, ni el paso del tiempo podrán cambiarlo.
Y como mejor resumen de ese sentimiento eterno, suena el himno que lo acompaña generación tras generación, una declaración de amor a los colores rojiblancos y a una ciudad entera:
Real Sporting, equipo famoso,
de rancia solera, brillante historial,
que a Gijón tú le diste gran fama
y en El Molinón no tienes rival.
De tu cantera surgieron valores
que nadie ni nunca podrán olvidar,
vencedor por los campos de España,
otra vez volverás a triunfar.
¡Aúpa Real Sporting!,
equipo legendario
que tanto has luchado
para poder triunfar.
Revive tus laureles
y siempre hacia adelante,
tu fe nunca decaiga,
no debes desmayar.
Sporting, a la lucha,
batalla sin cesar.
¡Aúpa Real Sporting!, eh, eh, eh,
de ti esperamos más.








