Situado a 1.315 metros sobre el nivel del mar, el Pico Turbina (catalogado como una de mayores altitudes más cercanas al mar de todo el mundo), es el punto más alto del concejo de Llanes y de la Sierra del Cuera; esa larga muralla infranqueable con mucho que caminar, de 40 kilómetros de longitud, que delimita claramente dos espacios geográficos: el litoral llanisco y el trascuera. Las diferencias entre un lado y otro del Cuera son acusadas, tanto en paisaje como en climatología y temperatura. Esta cordillera hace que las nubes altánticas choquen contra sus paredes calizas. La consecuencia suelen ser días claros, soleados y calurosos en su vertiente sureña, y días mayoritariamente nublados e incluso de orbayu en su vertiente norte: Llanes.
Elegir un día soleado
Es precisamente su condición climática la que más debemos considerar a la hora de atacar esta cumbre. La ruta carece de dificultad técnica, aunque salva un considerable desnivel en su primera parte. Lo difícil de subir al Turbina no es llegar arriba, sino tener la suerte de elegir el día idóneo para la ascensión. Lo más aconsejable es subir con un sol radiante en nuestras cabezas (ir bien abastecidos de agua y protección solar). Despejado por completo, vamos, con un cielo azul que no admita discusión. De lo contrario nos arriesgamos a perder sus maravillosas vistas y a sufrir el riesgo de perder visibilidad entre la niebla.
Insistimos: la sierra del Cuera es muy propicia a las espesas nieblas y nubes costeras, siendo además un terreno de muy difícil orientación en caso de encontrarnos con dichos fenómenos. La zona alta está llena de colinas que forman multitud de vericuetos, es una zona kárstica llena de matorral. En estas zonas abundan los agujeros en la roca y son muy incómodas de caminar si nos salimos de los senderos. Estos sólo son fáciles de localizar si disponemos de una perfecta visibilidad.
Algunos datos de la ruta
Dificultad: media
Tipo de recorrido: lineal de ida y vuelta
Distancia: 10 km
Tiempo: 5.30 h (sin paradas)
Pendiente media: sobre un 14%
Tipo de firme: senda, camino.
Desnivel acumulado: unos 800 metros de subida y otros tantos de bajada
Cota mínima: 441 metros (en el Aparcamiento)
Cota máxima: 1315 metros (en El Turbina)
Agua: abastecerse en población
El inicio de la ruta
Tenemos que dirigirnos a Arenas de Cabrales, tomando la carretera hacia Arangas. Un pueblo muy animado y de ambiente ganadero, localizado a 400 metros de altitud y aislado del mundanal ruido, un enclave básico para acceder a los puertos y sacar adelante ganado y quesos durante centurias. Pasamos Arangas, la carretera se dirige al pueblo de Rozagas. Antes de llegar a éste y pasado el kilómetro 6, veremos una pista asfaltada a nuestra izquierda. Entramos en ella y a unos centenares de metros encontramos una explanada para aparcar. Tenemos que seguir esta pista cementada hasta encontrarnos con una cabaña, la cabaña de Trebes (715 metros), donde termina la pista. Desde aquí continuamos por un camino de tierra. Unos centenares de metros después y por debajo de una casa bien visible hay un pequeño sendero marcado con un gran hito que sube hasta la casa y la rodea por su parte alta, sólo tenemos que seguir este sendero que se dirige a un collado en fuerte pendiente.
Ascensión al Pico Turbina
Comenzamos a ascender la canal del Gobiu. El marcado sendero avanza sin descanso por la ladera de la montaña. Ésta es, digamos, la parte más dura del recorrido. La fuerte pendiente de la canal se salva con pronunciados zig-zag que hacen más llevadero el desnivel que hay que superar. Llegamos a la portilla de Concha Gobiu (1.060 metros), hemos accedido a la parte alta de la sierra del Cuera. Este lugar merece un descanso. Estamos en una especie de meseta y ya podemos observar la naturaleza de la sierra, compuesta por calizas que forman distintos jous y dolinas. Desde ese punto también contemplamos nuestro objetivo, el pico Turbina. Y mucho más. Podemos admirar las maravillosas cumbres de Cabrales y las dos Peñamelleras. Las cimas emblemáticas del Macizo Occidental de Picos de Europa como Peña Santa de Castilla o la Torre de Santa María, Torrecerredo, la mole de «El Picu urriellu» o Naranjo de Bulnes, el Jou Lluengu, al fondo Horcados Rojos.
Ahora continuamos la senda que bordea por la derecha la montaña que tenemos enfrente: Peña Llacia (1.236 metros).
Escondida en un pequeño jou encontramos la bonita majada de Piedra del Oso (1.080 metros), un recóndito paraje de gran belleza. Esta braña, compuesta por alrededor de 10 cabañas, es toda una sorpresa en la ruta. A esta altitud, y con esta pendiente, parece algo inusual toparse con esta pequeña vega, rodeada de árboles y ganado.
Giramos 90 grados, bordeando la majada por su parte alta y tomando dirección NNE pasaremos una especie de corral situado a media ladera. El sendero es claro y bien marcado en la hierba. Vamos en ligera subida hacia un collado que tenemos delante, justo en la base de la loma más alta que vemos.
El último tramo
Una vez en el collado la senda se divide, una se dirige hacia la derecha, la otra baja un poco siguiendo la misma dirección que llevamos, como si fueramos hacia una cabaña que se ve al fondo, al pie de la pendiente verde que baja por la izquierda del Turbina. Poco a poco, bordeando e intentando no perder altura, llegamos a la base de Turbina. Aquí giramos 90 grados a la derecha (dirección Este), para afrontar la última subida.
Es un terreno un poco más caótico y rocoso que el transitado hasta ahora, pero sin demasiados problemas si seguimos los hitos y el sendero algo pisado. Continuamos así, siempre por la senda más marcada y llegaremos a la cumbre. Primero nos toparemos con la cima sur del Pico Turbina, donde hallamos una caseta con antena radio baliza y el vértice geodésico. Pero nosotros vamos buscando más bien la cima norte, «la buena» (donde hay una cruz blanca), situada unos pocos metros mas allá, así que continuamos. Una vez allí un impulso irreemplazable nos obliga a sentarnos y a contemplar la rasa costera: desde Ribadesella (Oeste) hasta Comillas (Este).
Y por si fuese poco ese espectáculo, girémonos: Macizos Oriental, Central y Occidental de los Picos de Europa.
Como marca la costumbre, sacamos las fotos de rigor de todo lo que vemos a nuestro alrededor. Descansamos un poco más comiéndonos un bocata. Disfrutamos de la brisa…
Ya solo nos queda bajar por el mismo camino. Bajamos sin prisa, pues el terreno lleva alguna piedra suelta y propicia caídas. La bajada es algo exigente por el desnivel y, lo mismo que para subir, conviene estar en forma.
¿Cómo llegar al punto de partida?
Tomamos la carretera AS-345 que desde Arenas de Cabrales se dirige a Arangas, pasamos dicha localidad y en el collado la Cruz (430 m.) situado entre Arangas y Rozagas (punto kilométrico 6), tomaremos una pequeña carretera asfaltada que asciende a nuestra izquierda y que a los pocos metros pasa junto a unas naves abandonadas que en su tiempo formaron parte del complejo extractor del mineral de hierro y manganeso, presente en la Sierra del Cuera.
Texto: © Ramón Molleda para asturias.com