En este senda costera de Llanes destacan sobre manera los espacios abiertos que se descubren sobre los acantilados. Con un día soleado la montañas casi se reflejan en el mar, se confunden los relieves en un cuadro de extraordinarias proporciones. Caminar por esta senda costera es descubrir con rigor uno de los paisajes mejor rematados de la arquitectura natural asturiana. Si de paso vamos haciendo escalas en las aldeas que salen a nuestro encuentro, descubrimos miles de idiosincrasias separadas por apenas centenares de metros.
Puntos destacables del recorrido, por destacar alguno en especial a modo de hitos para los amantes de la geografía y las referencias:
De oeste a este, por ejemplo: Area recreativa de Guadamía (proverbial rincón habilitado para el descanso, escondido en el acantilado, se pueden apreciar en las inmediaciones los puentes naturales de roca que el mar ha ido construyendo), Mirador del Campo de Golf, (espectacular panorámica de los Picos de Europa, Cordillera Cantábrica y el mar abierto, todo al alcance de la mano), la zona de Puertas de Vidiago, Bufones de Arenilla (saltos de agua bravía que son monumento natural) e ídolo de Peña Tú (representaciones artísticas de la Edad de Bronce), Pendueles ( un pueblo con una muestra de Casas de Indianos casi única), Buelna (un enclave rural hermoso, con una cala inolvidable incluida), Pimiango (alberga las Cuevas rupestres del Pindal, de extraordinaria importancia, y un recorrido sobre la costa alta muy recomendable).
Cueva del Pindal, un santuario rupestre
Desde que la prehistoria se dejase ver por las tierras de la actual Ribadedeva ha pasado mucho tiempo, tanto …
Treinta kilómetros que se cojan por donde se cojan dan para mucho. Es preciso llevarse un calzado apropiado (nada de zapatos) y caminar sin miedo aprovisionado de algún bocata. A los más sibaritas no les faltará mesa asturiana en las aldeas, algunas de ellas casi insólitas, otras, cargadas de tradición en el sector servicios, con restaurantes y alojamientos de verdadero lujo.
En apenas hora y media, caminado y contemplando sin prisa, se puede hacer este pequeño recorrido, que a la vez atraviesa de norte a sur, o al revés, el amable pueblo de Puertas de Vidiago.
Dejamos la N-634 a un lado y empezamos por entrar al pueblo. Atravesamos un camino vecinal que contiene espléndidas construcciones a ambos márgenes. Seguimos y a nuestra izquierda se encuentra la bolera, con buen tiempo se puede uno entretener viendo la práctica de este deporte, tradicional en la zona. Seguimos por el mismo camino rectilíneo. Ya a las afueras del pueblo, justo al lado del cementerio, se inicia una senda, afluente de la senda costera con la que se cruzará más adelante, inconfundible por su aspecto blanquecino de granilla fina. De ahí a los bufones podemos tardar un cuarto de hora. En un momento la mar llega de repente y majestuosa. Tenemos también una gran perspectiva de las montañas, por el medio el camino continúa y se pierde en el horizonte rumbo a Andrín. Nosotros vamos echando los frenos. Escondidos y diseminados, comunicados por pequeños senderos, se encuentran los pozos y grietas a cielo abierto que ha tallado el agua enrabietada con el paso de los siglos. Para poder ver los saltos de agua es preciso que el Cantábrico ande un tanto revuelto y con marea plena. Si el agua ruge, sube bufando por las paredes calizas e irrumpe con estrépito frente a nosotros, no conviene ser demasiado osado y observar el fenómeno desde una distancia prudencial.
Tenemos ánimo aún para dar la vuelta a todo el recorrido andado. Atravesamos la N-634 y seguimos un nuevo sendero, perfectamente marcado, esta vez ascendente. La riqueza ancestral de Llanes tiene un símbolo a medida allí arriba, a veinte minutos de marcha: el ídolo de Peña Tú. Una ser grabado en una roca misteriosa, perfilada por los vientos que azotan la sierra plana donde se inscribe. Pertenece a la Edad de Bronce y presenta una de las simbologías mejor conservadas de la época, con pinturas y grabados y una buena cantidad de túmulos funerarios en el entorno. En la peña figura la imagen abstracta de un individuo: el supuesto ídolo, de más de un metro de alto y trazo geométrico. De su anatomía, al estar concienzudamente envuelto en supuestos ropajes, sólo se advierte el rostro simple con sus dos ojos y una nariz. El grabado tiene un trazo profundo y pigmentos de color, al igual que el arma, posiblemente una espada, que se encuentra a su lado. Con trazo de esquema, en el costado de la roca orientado a levante, se descubren varios hombrecitos que dan la sensación de estar caminando. Uno de ellos lleva un gran bastón en su mano derecha. Símbolos todos que nos hablan de jerarquías, cazas y batallas, las de un hombre rudo, limitado en medios de supervivencia, que encaminaba los primeros estadios de desarrollo de la historia en el concejo.
El Idolo de Peña Tú
El ídolo de Peña Tú, tatuado para siempre en una roca misteriosa que ha provocado el sentir religioso …
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- 2 cenas
- Traslado de equipaje entre hoteles
- Mapas y descripciones detalladas de las rutas
- Tracks en formato digital
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S-Cape Travel
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Texto: © Ramón Molleda para asturias.com