Son más de 100 metros sobre el nivel del mar, una experiencia excepcional en un acantilado tan afilado que parece la proa de un trasatlántico gigante. El crucero al que nos invita el Cabo Peñas no es cualquier cosa, los vientos azotan, nos traen el mar con toda su rabia, y sobre nuestras cabezas vuelan las gaviotas. El oleaje se parte a la mitad contra la proa de nuestra nave imaginaria que en realidad es una coraza saliente y poderosa de la misma tierra. El mar se escinde contra el mascarón de proa; una figura cuarcítica, abstracta y geométrica. Misteriosa también.
Se nos riza el pelo en el Cabo Peñas, respiramos hondo, nos atrevemos a mirar hacia el más allá, en este caso al más abajo, donde la espuma blanca es radiante y vivaz. Los islotes asoman pidiendo auxilio.
En nuestro meridiano particular podemos sentarnos a imaginar. Suponga que es mediodía y avanza hacia el oeste, o hacia el este. Suponga que puede viajar instantáneamente hacia donde quiera. Manteniendo un ritmo constante, 180º más adelante alcanzara la medianoche. Cuando haya recorrido 360º retornará a donde estaba, la hora será mediodía de nuevo, ayer al mediodía. Hoy o mañana. El tiempo no para pero se detiene a la vez navegando sobre el «Barco Peñas». Esa pica o triángulo diminuto que vemos asomar en el mapa de Asturias resulta ser un monumento al mar, de dimensiones sobrecogedoras.
Espacio protegido del Cabo Peñas
Geográficamente el Cabo Peñas se encuentra en la zona central de la costa asturiana, entre Gijón y Avilés, en el municipio de Gozón. La superficie real de este saliente, a vista de satélite, es de 19,2 km2 y contiene toda una serie de compartimentos estancos plenamente naturales; hasta el punto de tratarse de un espacio protegido, principalmente a nivel biológico por su importancia como hábitat de aves marinas y otras especies migratorias. Se hallan aquí también todas las variedades de brezo existentes en la región, así como relevantes formaciones geológicas. Hacia el interior, a babor, el relieve es muy poco pronunciado, con valles fluviales de poca entidad que han permitido que esta península llana no haya sido consumida ni arrinconada por el agua terrestre. De esta forma también mantiene altura y personalidad propia frente al Cantábrico. El Paisaje en derredor se alcanza con un golpe de vista, y en un día despejado se puede divisar los pliegues constantes de la costa central de Asturias hasta localizaciones francamente lejanas. Desde la cruz y buzón de cumbres, en lo alto de La Gaviera (94 ms.), la pica más septentrional de todo el cabo, podemos vislumbrar el Cabo Vidio e incluso el Cabo Busto hacia el oeste (a 100 Kms. de distancia, en el municipio de Luarca); y al este, la Punta del Castro, Punta de la Narvata, Punta el Paguión, Punta la Vaca, llegando la vista hasta la Punta Tazones (a unos 60 Kms, en Villaviciosa).
El Espacio propio del Cabo Peñas recoge principalmente acantilados y playas con valiosos sistemas dunares, destacando de oeste a este: el arenal de Xagó, la playa de Portezuelos, la de Verdicio, la de Ferrero, la de Llumeres o la de Bañugues. También se incluye el islote de La Erbosa, el de mayor tamaño del litoral asturiano tras el de la Isla de Deva.
Faro de Peñas
El cabo está Coronado por el Faro de Peñas, el más importante y de más alcance del litoral asturiano. Da luz desde 1852 y es una guía básica de los marineros norteños. Con buen tiempo el haz de luz alcanza las 41 millas, con bruma las nada desdeñosas 18 millas. Con anterioridad a 1852 se señalizaba con fuego, quemando troncos en una pantalla de piedras que iluminaba la noche en Peñas e indicaban el camino de casa a los marineros. Retrotraerse en el tiempo e imaginar una señalización tan primitiva, nos permite imaginar una navegación realmente cruel, dura en prácticamente todas las condiciones. Qué no pensarían los marinos al ver de cerca, de repente, la mole de este cabo que ya nos sobrecoge plenamente a nosotros. Y eso que estamos sobre él, con los pies en el suelo y sin sufrir las marejadas.
Nuestro barco no se mueve, estamos a salvo.
Información de interés:
Accedemos al cabo desde Avilés por la Comarcal AS-238 hasta Luanco. Desde Gijón por la Regional AS-19, hasta El Otero, y luego por la Comarcal AS-239 hasta Luanco.
En el concejo de Gozón podemos optar por acercarnos al Cabo a pie gracias a la Senda del Cabo Peñas (PR-AS-25), bien señalizada, que transcurre a través de esta rasa costera, muy cerca del borde del mar. Recorriendo por el Oeste de Peñas las parroquias de: Laviana, Podes, Verdicio y Viodo. Por el Este de Peñas: Bañugues, Heres y Luanco.
Texto: © Ramón Molleda para asturias.com