Campo de Golf La Rasa de Berbes

Latitud: 43.4696770 Longitud: -5.1454210
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Paraje rural desestresante (el campo nunca registra saturaciones, lo que unido a la tranquilidad que aporta el paisaje hace que el juego resulte relajado y se pueda disfrutar plenamente de este deporte), una extensa cancha de hierba asturiana rodeada de naturaleza por los cuatro costados, incluyendo la presencia insólita de fauna salvaje: una familia de Gamos ha hecho de este entorno su hábitat más idóneo y desde hace años conviven con los propios golfistas que, de manera privilegiada, practican este deporte a escasos metros de los cérvidos sin que éstos se sientan amenazados.

Los animales, que campean a sus anchas, son sólo un ejemplo de este inédito campo de golf, uno de los más naturales de la Península. De hecho, la Rasa de Berbes, ya es todo un ejemplo de sostenibilidad ambiental para el conjunto de las instalaciones españolas. Tras conocer los métodos tradicionales de mantenimiento y conservación que el club local lleva a cabo en el mismo, la Federación Española de Golf lo ha incluido en su lista de campos sostenible: es un campo de césped propio y autóctono en el que no se practica ningún tipo de tratamiento artificial ni de siembra, el sistema de riego instalado en los greenes hace que las condiciones de estos sean perfectas; el drenaje natural del terreno hace que el campo no se encharque ni se inunde a pesar de las lluvias, pudiéndose practicar el juego durante todo el año.

Además, el entorno de la propia Rasa no hace más que concederle más excelencias medioambientales, como la inmediatez de la Sierra del Sueve (paisaje protegido), o la franja litoral jurásica. A un kilómetro del campo encontramos el desfiladero de Entrepeñes y la playa de Vega, una zona protegida que abarca unas 37 hectáreas. En todo este espacio confluyen varios aspectos biológicos y geológicos conviertendolo en uno de los de mayor interés ambiental de la costa asturiana.

Desde algunos de los 18 hoyos de este campo, en concreto desde el hoyo 13 -que lleva el nombre de Ribadesella- se puede alcanzar una de las vistas panorámicas más sorprendentes de la villa costera, y su aparente amabilidad, un Par 3 corto, nos permite recrearnos en esta visión a la par que ideamos nuestros golpes.

El terreno, en un campo tan auténtico, no podía ser más que accidentado y con desniveles, en consonancia con el paisaje astur, y nos muestra rincones y vericuetos insospechados, con lagunas y arroyos incluidos que hemos de sortear en nuestro juego con atrevidas entradas a Green. La Casigosa u hoyo 17 es considerado el más difícil del campo. Su fuera de límites por la derecha, y sus numerosos árboles en calle y a la entrada de Green, hacen que conseguir el par (4 no muy largo) sea en muchas ocasiones casi imposible. La tarta, el hoyo 3, presenta una salida casi imposible, sobre todo con vientos del noroeste, ya que sobrevolar la hilera de pinos es para muchos jugadores una auténtica hazaña.