Esta villa romana comprende una hectárea de extensión en el lugar conocido como Venta de Veranes, está enclavada en una vertiente, a media ladera y a unos a unos 150 metros sobre el nivel del mar. Su construcción sigue los cánones de la época, tal como puede leerse en uno de los paneles informativos:»Se deba situar la vivienda en un lugar más elevado y seco que el entorno para evitar grietas en los cimientos y para disfrutar de buenas vistas (…) Además, se puede rodear (el edificio) de jardines, pomares o prados». Estos consejos se siguieron a rajatabla en Veranes, pues las panorámicas son espléndidas y la capacidad de dominar a un golpe de vista el territorio es excepcional. Es este otro de los atractivos de nuestra visita, un emplazamiento singular que nos ayuda a comprender la filosofía romana. El pequeño emperador de esta hacienda vivió de la agricultura y la ganadería, y su villa dominaba una bella loma soleada, lo que le permitía incluso el cultivo de viñedos, muy raros en estas latitudes. Los responsable del tratamiento paisajístico del yacimiento ilustran a las claras su antiguo uso agrícola, con la plantación de viñedos y otras especies que representan los cultivos de aquellos tiempos.
La villa se encuentra muy próxima a la antigua vía romana que, procedente de León y Astorga, se adentraba por el centro de la región hasta Gijón. La localización de Veranes, a las afueras de la ciudad (a 12 kilómetros de Gijón), obedece a las exigencias de la época que hemos citado: lugares tranquilos, soleados, animados por la belleza del entorno y con abundancia de agua. Aunque en Asturias la romanización fue lenta en relación con otras zonas de España, en Gijón la presencia romana está cada vez más constatada y mejor datada, con complejos de gran valor como las termas del Campo Valdés o la fecunda arqueología de la Campa Torres. En concreto esta hacienda (perteneciente a un notable propietario que seguramente se llamaba Veranius) se levantó sobre un primitivo asentamiento altoimperial de gran relevancia. A lo largo del siglo IV después de Cristo sufre distintas reformas y ampliaciones. Actualmente su estado de conservación es de los mejor preservados del Norte de España. En el yacimiento destacan la piscina, los mosaicos, paramentos de cuatro metros de altura, estancias calefactadas y una extensa necrópolis de origen medieval, perteneciente a las ruinas de una iglesia visigoda. Estas ruinas medievales eran los únicos vestigios que se conocían en la zona antes de que comenzasen las excavaciones en los años 80 del pasado siglo. Tras varias décadas de trabajo, hoy en día puede asegurarse que Veranes es la única villa excavada en profundidad en todo el Cantábrico.
¿Qué encontramos en la villa de Veranes?
El espacio arqueológico cuenta con un centro de interpretación dotado de sala audiovisual y exposición permanente con restos de cerámica y utensilios obtenidos en las excavaciones. Se trata de un inusual edificio de nueva planta donde se recibe al visitante. Destaca por sus sobrios y efectistas muros: de piedra y malla metálica, que encajan como un guante en este bello promontorio. La visita a los restos arqueológicos propiamente dichos se realiza a través de un sendero que, partiendo de este inmueble, nos va permitiendo diferentes puntos de observación. La entrada principal de la antigua villa está en el flanco oeste y da acceso al patio norte. A la izquierda de éste se sitúa el área de servicios (granero, cocina y horno), y a la derecha la entrada al resto de las dependencias. Una larga galería cubierta, o logia, conducía a los espacios de representación destinados a la vida social y política. Al sur, se localizan una sala de estar o exedra, un gran comedor o triclinio que remata en ábside, y los baños o termas. Alguna salas conservan parte de sus pavimentos originales. De ellas sobresale la estancia de representación (oecus). Esta es la pieza dominante del conjunto, alfombrada por un soberbio mosaico policromo de unos 50 metros cuadrados del que se conserva un cuarenta por ciento. En este magnífico suelo se descubren, entre otros elementos decorativos tardorromanos, las teselas con el nudo de Salomón: dos anillos entrecruzados cuatro veces, imagen de la fortaleza y la protección. Este espacio central de Veranes cuenta con una cubierta moderna de forma cúbica que evoca el volumen que en su origen tuvo la habitación. Aquí, el señor de Veranes recibía a la clientela y a las embajadas públicas o privadas, ejerciendo su dominio sobre gentes y tierras a un nivel casi equivalente al del propio emperador.
El paseo por las ruinas nos permite conocer cómo era la vida cotidiana por aquel entonces, qué comían sus inquilinos, cómo conseguían los alimentos, qué tipo de ganado tenían, a qué dedicaban el tiempo libre, cómo ejercían su poder…
Nuestro recorrido se completa con una videoguía de uso individual, disponible en la recepción del museo, que recrea los muros y las dependencias originales de la villa y proporciona una visión más completa de la villa de Veranes.
Horarios villa de Veranes
Horario de invierno:
· Del 16 de septiembre al 15 de junio. Martes a domingo y festivos.
· De 10 a 15 horas.
Horario de verano:
· Del 16 de junio al 15 de septiembre. Martes a domingo y festivos.
· De 10:30 a 19 horas.
Horario Semana Santa:
· De martes a domingo.
· De 10 a 17 horas.
Fuente: Centro de Interpretación Villa de Veranes.
Información de interés:
Teléfonos de información:
985 185 129629 755 409
Accesos: la villa romana de Veranes está a 12 kms. de Gijón, se accede a ella por la autopista AS-II, salida 17.
Seguid indicaciones.
Servicios:
Visita guiadas para grupos previa reserva.
Programas didácticos.
Videoguías y venta de publicaciones.
Atención a personas con discapacidad y recinto accesible.
Aparcamiento.
Alquiler de espacios.
Texto: © Ramón Molleda para asturias.com