Subimos por los caminos trazados en el césped para llegar a lo alto de la colina del Cerro de Santa Catalina y poder disfrutar de la escultura del Elogio del Horizonte, obra de Chillida. Nos iremos acercando hasta el centro mismo de esta impresionante obra de hormigón, lugar desde el que se oye el mar, por un efecto caracola. Aunque el vanguardismo de esta obra causó rechazo en un principio, la obra de Chillida se ha convertido en parte indisoluble de la ciudad. Figura como logotipo y estampa obligada de cualquier folleto, cartel, libro o pegatina que se refiera a Gijón.
Si nos decidimos a dar un paseo por la zona podemos tomar la senda que va paralela al mar y descendemos dejando atrás el Club Astur de Regatas, club privado que disfruta de unas vistas envidiables de la bahía de San Lorenzo. Cuando llegamos al final de la cuesta divisamos uno de los lugares más reconocibles de la ciudad de Gijón, se trata de la Iglesia Mayor de San Pedro, de origen gótico. Está ubicada en el espacio ajardinado conocido como Campo Valdés, donde se alza la estatua en honor del emperador César Augusto, recordando así el pasado romano de la villa de Gigia. Casi en el subsuelo del templo se encuentran las Termas Romanas, que cuentan con un interesante museo ofreciendo al visitante una completa visión del pasado romano de Gijón. Un pasado que aún se explora con excavaciones y programas arqueológicos inacabados.
Termas romanas de Gijón
Las Termas de Gijón están dentro de la muralla romana levantada el casco urbano de Gijón, …
Varios edificios cercanos nos llaman la atención, la fachada principal de la Antigua Pescadería de Gijón(hoy alberga dependencias municipales), la Torre de los Jove-Hevia y la Capilla de San Lorenzo de Tierra, ambas del siglo XVII. Lo más llamativo de ésta última resulta el comprobar en su fachada pétrea los efectos ininterrumpidos de la erosión marina, siglo tras siglo.
Texto: © Ramón Molleda para asturias.com