En Tazones se dice que desembarcó nada menos que Carlos V, dueño de un imperio inabarcable, en su primer viaje a España el 19 de septiembre de 1517. Imaginamos que su desembarco en el Tazones finito fue como pisar un planeta minúsculo pero muy bello. Llegaba para hacerse cargo de su corona y en Tazones inició el descubrimiento de su reino ibérico.
Esta es una de las muchas razones y méritos por las que el pueblo ostenta el título de Conjunto Histórico Artístico del Principado de Asturias. Ahora bien, hay gente que no cree que esto sea un dato histórico, sino algo más cercano a la leyenda, y una postura y otra resultan irreconciliables y suelen alimentar buenas discusiones. Pero sucediera o no, ha cobrado vida propia, ha dado lugar a una tradición festiva.
Los vecinos conmemoran anualmente, a finales de agosto, esta fecha señalada con un desembarco simulado de Carlos V. Una escenificación que desde el principio ha atraído a miles de curiosos, así como a un buen dispositivo de prensa ante el carácter de autenticidad que suscita. Junto al personaje ilustre de Carlos V desfilan también, vestidos con trajes de época, numerosos vecinos, representando ser los miembros de su corte y sirvientes. Los detalles están tan bien cuidados que si fuera cierto que Carlos V no hubiese desembarcado aquí, entonces deberíamos no creernos casi nada de lo que sucede en este mundo y renegar de la historia oficial para dar más crédito a la ficción, que también se empeña en existir y suele comprometer a comunidades enteras en devociones ciertas y palpables.
Al día siguiente, los actos continúan en la localidad de Villaviciosa, con el paseo del monarca y su séquito por las calles del casco histórico de la capital.
Es Fiesta de Interés Turístico Regional del Principado de Asturias.
Foto: turismovillaviciosa.es
Texto: © Ramón Molleda para asturias.com