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Peña Mea
Peña Mea

No es una simple montaña, Peña Mea es un macizo montañoso cuyo punto más alto regala una panorámica abrumadora. Subir a la la cima nos exigirá un buen esfuerzo, aunque muchos quizás den la vuelta un poco antes, tras alcanzar ese gigantesco ojo de buey calcáreo que atraviesa la montaña.

Peña Mea contiene uno de los iconos geológicos más fotografiados de la península, un amplio ventanón que ha dado fama a esta ruta, convirtiéndola en una de la más famosas de Asturias.

Fotografías: © Grupo de Montaña San Nicolás




Latitud: 43.1752625 Longitud: -5.5612278
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Hablamos de un cordal que se yergue descomunal sobre los valles mineros, a caballo de los concejos de Laviana y Aller. Una sucesión de cumbres y agujas que se sincretizan en un espolón más alto y afilado, visible desde muchas zonas del centro de Asturias. Haciendo cumbre nos topamos una panorámica 360 de la cordillera central, incluso se divisa el mar. Una visión que enamora y que hace que los montañeros repitan la excursión una y otra vez.

El entorno inmediato de esta montaña ya es idílico: hayedos y robledales, cabañas y ganado en las brañas, una encrucijada de sendas y cientos de rocas colosales con formas caprichosas. Rocas como la que ha dado lugar al Ojo de Buey de Peña Mea. Potente imán para montañeros y aficionados a la fotografía; uno de esos lugares denominados «instagrameables» por servir de marco inigualable para nuestros selfies. Pero no debemos llevarnos a engaño, alcanzar este punto no es pan comido. Subir hasta aquí no es recomendable para personas que sufran de vértigo y supone además un esfuerzo moderado: cuatro horas de caminata, ida y vuelta, por pendientes acusadas.

Siempre debemos estar atentos a los partes metereológicos y tener mucho respeto a la montaña. Peña Mea no es cualquier cosa.

Cómo llegar al Ojo de Buey de Peña Mea

En nuestro ascenso nos toparemos con ese enorme agujero que atraviesa la caliza como por arte de magia. Conocido por los lugareños como «el Furacón» o «el Arcón de la Finestra», tiene más de 15 metros de diámetro y es fruto de una intensa y curiosa erosión cárstica. Titánica oquedad, gigantesca ventana al paisaje astur a 1300 metros de altitud. Para asomarnos a ella debemos recorrer un buen trecho desde dos posibles puntos de partida: la población de Pelúgano (Aller) o el paraje de Les Campes (Laviana).

Peña Mea

La población de Pelúgano alberga una de las mayores concentraciones de hórreos y paneras de toda Asturias -nada menos que 37 en total. Desde aquí al ojo de buey emplearemos unas 2 horas por un camino bien señalizado pero exigente. En el barrio alto de Pelúgano (a unos 600 metros de altitud) existe una iglesia en cuyas inmediaciones podemos dejar el coche. La ruta no tiene pérdida. Tras dejar atrás una pequeña braña y la refrescante fuente de El Truncu, seguimos ganando altura hasta los 1000 metros del entorno del «Cerréu». Aquí cambiamos la pista por un sendero que se irá tornando más escarpado cada vez hasta la base de la Canal de las Cuevas. Vista desde abajo la subida impone. Este es el tramo más costoso sin duda, unos 200 metros de dura ascensión que nos conduce a los pies del Arcón.

La segunda opción para acercarnos al ojo de buey parte de Pola de Laviana. En coche nos dirigimos a Villoria y antes de llegar a San Antonio de Tolivia nos desviamos a la izquierda hacia Fresnedo, donde tomamos una pista hacia Les Campes y la ermita de la Visitación (890 metros de altitud). Desde este lugar ya vemos sobre nosotros la gran mole de Peña Mea. Para alcanzar el Arcón tardaremos una hora y media aproximadamente. Recorremos una pista entre arbolado hasta el «Collado Pelúgano», punto de unión con las rutas que suben por la vertiente Allerana (como la que describimos anteriormente). En este collado el camino se bifurca. Tomamos el ramal de la izquierda en dirección al Cerréu, donde encontramos los primeros jitos que marcan el camino hacia la Canal de las Cuevas y de ahí al Furacón. La ruta, igual que la anterior, es de dificultad media. Nuestro esfuerzo será mayor o menor dependiendo de nuestro estado de forma.

Peña Mea

Por muchas veces que lo hayamos visto en fotografías, este gran arco rocoso nos cautivará. Se puede acceder a su zona trasera ganando unos metros de altitud y rodeándolo por la cara lavianesa, aunque el terreno está bastante resbaladizo y hay que tener mucha precaución.

Haciendo cumbre en Peña Mea

Desde el Ojo de Buey apenas nos restan 250 metros de subida para llegar a la cima. El sendero etá señalizado con marcas de pintura, no tiene pasos complejos pero sí más tramos de pendiente pronunciada. Tras sobrepasar la cresta de la roca, a la izquierda descubrimos una gran cueva, conocida como la Iglesiona por los lugareños. Seguimos avanzando por un sendero retorcido. Las últimas cuestas, muchas de ellas escondidas a la vista, harán que nos impacientemos. El arreón final es auténticamente alpino y conviene disfrutarlo con calma. La panorámica final es un premio inmejorable. En días despejados, mirando hacia el Este vemos el Corbellosu o  el Pico Torres. Un poco más lejos Peña Ten y los Picos de Europa. Girando hacia otras coordenadas avistamos todas las cimas alleranas, muchas de ellas por encima de los 2000 metros; también la sierra del Aramo y la Mostayal, incluso Peña Ubiña y Peña Rueda.

Si hemos subido desde Les campes podemos regresar por una ruta alternativa que convierte nuestra excursión en circular. Descenderemos por la cara norte hacia Doñango, atravesando una zona boscosa, y después un pequeño collado camino de «la Boyica», bajando a continuación por un bello hayedo hasta salir a unas camperas por encima de la Collada Doñango. Desde esta collada nos faltarán algo más de 2 kilómetros de pista para regresar a Les Campes. Allí pondremos fin la excursión.

Información de interés

Esta montaña no presenta un ascenso sencillo por ninguna de sus vertientes y con tiempo adverso puede convertirse en una ruta peligrosa. La excursión requiere de cierta condición física y pericia técnica, pudiendo recurrir incluso a las manos para superar los fuertes desniveles, especialmente si ascendemos desde la vertiente allanera (Pelúgano).

Tanto si ascendemos desde Pelúgano como desde Les Campes, habremos de superar un desnivel superior a los 800 metros.

Entre ida y vuelta emplearemos un tiempo no inferior a 4 horas y media.

Recomendaciones: es conveniente llevar suficiente agua (existen dos fuentes de camino para abastecerse). usar calzado adecuado y ropa cómoda. En verano, no olvidar la crema solar y la gorra pues la sombra escasea. Consulta siempre el tiempo y evita realizar la excursión con niebla, lluvia o viento.

© Texto: © Ramón Molleda para asturias.com
Fotografías: © Grupo de Montaña San Nicolás


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