Descripción
Es tan especial que, al tratarse de una crema de ginebra con un toque de trufa negra destilada y canela de Ceilán, se inaugura una nueva categoría dentro de las cremas que conocemos hasta el momento.
En nariz, la trufa nos trae los recuerdos de hongos, tierra y humedad, un fondo de alcohol suave y aromático, provocado por la ginebra y un ligero aroma lácteo.
Al llevarlo a la boca va desapareciendo el sabor a trufa, dejando lugar al cacao, la vainilla y la canela y, al final, aparecen los tonos cítricos y complejos que nos da la ginebra.
Es una crema muy untuosa y cremosa de color pardo.
Con hielo
Mantener fría la crema y servir en vaso old fashioned o bajo con una piedra grande de hielo y un pequeño twist de cítrico (mejor pomelo o naranja).
Sin hielo
Mantener muy fría la crema y servir en copa pompadour o catavinos, con un pequeño twist de cítrico (mejor pomelo o naranja) y, si te vienes arriba, con un rayadito de trufa negra.
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